viernes, 22 de octubre de 2010

Errar es humano, perdonar es divino y yo…yo estoy que me parto

En esta vida jamás me perdonaría la pérdida de uno de mis lectores, incluso del menos fiel de ellos (o ustedes) por un tonto chascarrillo, por una chanza. Lo confieso, me ganó la soberbia digna de un Gavilán que se cree Halcón, procedente de esa juventud que aún me habita (y quizá ya no se nota).

Para los que recién me sintonizan, el problema surgió en mi post anterior (ver comentarios en http://lastflightofthehawk.blogspot.com/2010/10/el-punto-g-del-macho-parte-i.html) cuando en un intento por explicarme mejor, por llegar a una conclusión, objetiva como siempre, subestime la inteligencia de todos mis lectores.

En mi defensa quebraré una lanza y alzaré un puño a la tierra para aclarar que no fue literalmente eso lo que sucedió, si bien es lo que acabo de decir. No fue mi intención disminuir vuestra inteligencia mas si explicitar que yo soy más inteligente que todos ustedes. El hecho de que me lean y me entiendan (para los que lo logran) demuestra que tontos no son (en particular aquellos pocos de ustedes que reconocieron en mis palabras del post anterior la burla en cuestión).

Por todo lo dicho, es que esta entrada en mi venerable blog será una carta abierta a todos mis lectores. Y como toda carta que intenta explicar lo sucedido, siendo escrita por una de las pocas mentes brillantes que van quedándole a este mundo, solo logrará oscurecer la situación hasta llegar a un final confuso que pocos entenderán. Por esto, para muchos de ustedes, hoy será la última vez que volamos juntos.

Muchos se preguntaran, ¿por qué este joven aún no se disculpó? Bien, hay una explicación muy sencilla para esto. ¡No me disculpé aún porque no lo voy a hacer! Ahora muchos se estarán preguntando (los que no cerraron de una esta página por mi respuesta anterior) ¿por qué este joven cree que puede no disculparse y seguir contando con nuestra presencia? ¿Acaso nos cree tontos?

Pues bien, en primer lugar, ¡no creo nada! O sea, no pienso que me pueda salir con la mía. A la pregunta de si son tontos, prefiero no responder para no tener que escribir otro post al respecto de la respuesta dada, intentando en el mismo explicar por qué tampoco me voy a disculpar por decir que ustedes son tontos (ups…la respondí nomás).

Ahora… ¿Cuál es mi problema con las disculpas? Me resulta muy vacía la palabra “perdón” o el decir “discúlpame”. Se han escrito muchas canciones sencillas describiendo lo que digo, pero el hecho es que, decir perdóname y poner cara de gatito de shrek es detestable. Y ¿por qué? Sencillo, porque yo no puedo ofrecerles disculpas hoy por haberme burlado abiertamente de vuestro intelecto si el día de mañana lo voy a volver a hacer.

Creo fielmente que las verdaderas disculpas están en la acciones mas no en las palabras. Una verdadera disculpa mía sería no repetir esta situación, cosa que no puedo prometer dada la soberbia e inteligencia que me caracteriza. Demasiadas veces he escuchado hermosos discursos, repeticiones de disculpas, ruegos de perdón, que terminaban siendo siempre lo mismo, nada más que palabras vacías.

Es así que actualmente cuando alguien me dice “me perdonas”, por lo general mi respuesta raya el “no, no te perdono”. Es fuerte decirlo, pero hay que hacerlo. Tenemos que acostumbrarnos todos a decir menos perdones y a actuar más para el perdón. Si me mandé una cagada, te lo voy a hacer saber, te voy a dejar claro que pienso que actué mal, pero no voy a solicitar tu perdón (entre otras cosas porque errar es humano), voy a actuar en consecuencia. Solo de esa forma sabré y sabrás que hemos avanzado, solo de esa forma habrá una verdad entre nosotros.

Agrego aquí algo que me comentaba mi gran amigo Mustage (antes de que saliera el post anterior, ya que ahora que se considera famoso no tiene tiempo para sus viejas amistades) sobre este tema. Pocos diferencian los conceptos de ofrecer y pedir las disculpas, pero a nuestro entender la diferencia es clara. El ofrecer las disculpas resultaría un acto desinteresado donde uno, por así decirlo, pone una mano en su pecho, la otra apunta al cielo y dice la gran frase “mal yo”. El hecho de pedir disculpas implica algo así como “tirarle la pelota” a la otra persona, yo te pido disculpas por lo que vos pasas a decidir qué pasa, aceptándolas o no. Por esto dejemos de pedir disculpas y con suerte ofrezcamos las mismas, siempre en última instancia demostrando en nuestra actitud que las mismas son sinceras.

Es por esto que al comienzo dije que nunca me perdonaría perder a uno de ustedes…dije esto porque nunca me pediría un perdón a mí mismo porque tampoco me lo otorgaría. Si alguno de ustedes creyó que no me lo perdonaría porque sufriría demasiado, ¡se equivocó!

Es así que los dejo por aquí, en esta breve carta de disculpas, muy esforzada, la cual me costó mucho escribir porque ¿cuán difícil que es ofrecer nuestras disculpas? No todo el mundo lo hace, no todos estamos dispuestos a rebajarnos al nivel de hombre (o mujer), a aceptar la humanidad, a abrazar la humildad. Es por esto que este Halcón seguirá siendo un Gavilán que no bajará a tierra a ser humano, prefiere seguir volando…quizá solo…quizá acompañado.

Me gustó avizorarlos a la distancia,

Gavilán.

sábado, 16 de octubre de 2010

El punto G del macho… (PARTE I)

Heme aquí nuevamente escribiendo para el mundo. Ya dejé de contar cuantos post voy y dado que todos han sido un verdadero éxito ya ni me preocupa la temática que selecciono. Es así que hoy nos tiramos al agua con un “temón”, algo que las abuelas del mundo encontraran escandaloso, un tema que va a dar que hablar… a los que se animen a hablarlo.
 
Pues bien, ahí me encontraba yo, volando por el mundo cuando me dije “quiero un tema polémico”. Pensé en todos los temas que se han hablado últimamente en nuestra sociedad (suerte en pila para los que no saben de dónde soy)… pensé en la legalización del aborto, pero lo dejé porque no sería nada objetivo al respecto, estoy totalmente de acuerdo…pensé en la pedofilia de nuestros benditos profetas de la religión, donde solo podría escribir que hay que quemarlos a todos en una hoguera…también pensé en la Derecha, la Izquierda, el Centro y adentro… pero ta…todo era muy aburrido.
 
Así fue que un día de este octubre me junté a hablar con un hermano de la vida (muy homosexual el) y que para respetar su intimidad hemos decidido presentarlo como Mustage Bearbie (fue su elección… no la mía…yo con gusto pondría su nombre completo!). Aclaro antes de que todos lo digan (probablemente los primeros sean mis primos) que este no es el típico cuento del amigo que termina siendo uno…por más fantástico que suene…Mustage Bearbie existe…aunque ahora que escribí esa frase…ni yo lo creo…pero bueh…
 
En nuestra charla Mustage me comentaba un poco sobre la homofobia y como la veía (temática para otro post un poco más serio), sobre la homosexualidad en el país y su contexto y también me mencionó un tema que me pareció por demás polémico y de las cosas más interesantes para escribir en esta sociedad llena de “hombres heteros machos” (de acuerdo a Mustage) que al parecer no saben realmente el significado de ninguna de estas tres palabras. En este post entonces nos adentraremos en una zona oscura, un terreno resbaloso…el de la opinión cuasi fundamentada y prácticamente basada en las palabras de un puto de mierda (aka Mustage).
 
Como dije hace instantes (o más bien hace pocas líneas) hay tres palabras que mucha gente no sabe muy bien su significado. El significado de la primera, de hombre, no lo voy a dar porque me parece que de las tres es la más fácil, creo que en cualquier diccionario se puede encontrar rápidamente el mismo. De todas formas algún día diré que pienso realmente que debería ser un hombre y una mujer en el hoy, porque muchas cosas se han olvidado acerca de la palabra, la caballerocidad y la damacidad.
 
Con respecto al término “macho” es hasta gracioso recordar algunas competencias de machos que he escuchado existen. Cuantas veces escuché decir ¿quién es más macho? O algo más grosero como ¿Quién la tiene más grande? Es gracioso pensar lo convencido que estoy de que Mustage es más macho que muchos de los machos que conozco. Mucha confusión hay en esa palabra…si bien llevada a su raíz es simplemente el género de una raza, por lo que pensar en alguien más macho que alguien es bastante confuso…si bien quizá aceptaría que a nivel biológico haya algo…no se….desconozco de esos temas.
 
Por último… ¿Qué es ser heterosexual?...o por decirlo de otra forma ¿qué es ser homosexual, gay, puto, meco o maricón? Aquí es donde nuestra sociedad se esfuerza en demostrar la completa ignorancia, habiendo escuchado maravillas acerca del tema. Mustage nos comenta en este punto que la discriminación está tan mal encarada que ni siquiera se discrimina por lo que debería discriminarse (en caso de tener que hacerlo…aunque en este blog ni promovemos ni nos oponemos a la misma). Por otro lado, Bearbie nos informa de la discriminación interna que también existe en el ambiente al que pertenece (el ambiente gay).
 
Y esto se da algo así, los discriminadores “heteros” utilizan expresiones como “hacete dar” y se asqeuan ante la posibilidad de que a alguien le guste que del lugar donde solo deberían salir cosas, a veces entren algunas otras. También hay discriminación simplemente por “afeminaciones” y por formas de ser. GROSERO ERROR… heteros del mundo… Mustage Bearbie es un claro ejemplo de que no hay que ser una princesita para ser gay y otros tantos hay que no siendo gay parecen más barbies.
 
Por otro lado nos comenta Mustage que un tipo de discriminación interna se da a la hora de adoptar roles sexuales en la pareja. Según dice, muchas veces le sucedió que se le preguntaba “¿Qué sos, gay o bi?” y al responder “gay” (Bearbie no le entra a una mina ni por plata) se le dejaba de hablar. Al tiempo comprendió que su respuesta era tomada como que era pasivo  y no como que le gustaban solo los hombres (aclaración: pasivo es el hombre que disfruta de ser penetrado…nos cuenta Mustage).
 
También y en el mismo sentido, nos comentaba Mustage que demasiadas veces (más de las que quería recordar) en los primeros 5 minutos de conversación con alguien, se le preguntaba si era activo, pasivo o ambas (nos sorprende Mustage con su sabiduría al explicarnos que activo es lo opuesto a pasivo por simple lógica y ambas es la suma de las dos, siendo esta última categoría denominada por otros nombres como “versátil” o “amplio”). Según Bearbie este hecho no debería ser de mayor importancia, aunque al parecer hay serios problemas de compatibilidad en las parejas de hombres homosexuales o bisexuales.
 
Y aquí el fin de esta columna tan desagradable, desordenada y que al parecer no dijo nada interesante, con justamente lo que importa, la verdadera definición de homosexual, heterosexual y bisexual.
 
Definición 1.1: Un hombre al que le gustan los hombres es homosexual por definición.
 
Definición 1.2: Un hombre al que le gustan las mujeres es heterosexual por definición.
 
Lema 1.1: Un hombre que es homosexual y que es heterosexual, es llamado bisexual.
 
Colorario 1.1: Se pueden definir análogamente estas categorías para el sexo femenino (pero Mustage me avisó que para participar en este post se debía mencionar la menor cantidad de veces a seres del sexo opuesto).
 
Como no me gusta dejarlos así sin entender nada, les agrego una disyuntiva más, una última pregunta dirigida a todos nosotros, ignorantes del mundo. El hombre al que le gusta ser penetrado (tanto por un hombre, una mujer, un animal, o algún tipo de juguete que no vamos a explicitar) ¿Qué es?
 
Pues buen señores…al parecer y según la real academia, un hombre al que le gusta esto es un hombre y debido a que el punto g del mismo (espero que si están leyendo un artículo con el nombre de este sepan al menos lo que es el punto g) se encuentra en la zona en cuestión es que quizá podríamos decir que es un hombre inteligente y sin mayores prejuicios.
 
Es así que podríamos concluir, en base a todo lo que nos dijo Mustage, la real academia y mi gran capacidad de razonamiento (mayor que la de la mayoría, y seguro que mayor que la de ustedes que me leen a mi), que la discriminación con frases como “hacete dar” es un grosero error ya que en sí parecería discriminar al hombre en sí y no al homosexual. Así que por favor, discriminadores del mundo, si van a seguir discriminando, usen la cabecita (si es que la tienen) y piensen un poco lo que dicen antes de decirlo. Sino, como dice mi gran amigo (ojala lo hubiera conocido) Groucho, confirmarán que “es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente”
 
Como este halcón es sumamente objetivo, dejaré mis opiniones personales al respecto de este tema para el día que tenga un blog subjetivo. Hasta entonces, suerte descifrando sus temas…los míos los tengo ya claros.
 
Quizá, por esta vez, el gusto será solo mío,
 
SP

jueves, 14 de octubre de 2010

¿Por qué comemos?

Aquí comienzo un nuevo ciclo, que puede llegar a estar integrado solo por este paper, donde contestaré el por qué de algunas dudas genéricas que todos tenemos y no nos animamos a preguntar.

En primer lugar comenzaré por agradecerles a todos ustedes por haber leído lo que he escrito hasta aquí y en particular a mis seguidores que me hacen sentir como si fuera un caudillo (siendo que desciendo de uno, me es casi natural). Me han servido y mucho las opiniones que me han volcado, las buenas me han levantado el ánimo y han hecho crecer mi ego y las malas me han servido también para saber quienes me caen mal.

Última aclaración antes de meternos de lleno en este tema tan importante que no toca el día de hoy… para todos los que entendieron que hablé del mismo tema en los tres posts anteriores y que ese tema era mi última relación, por favor, tómense el tiempo para releer todo porque no entendieron nada.

Sin más interrupciones, comienzo a charlar de lo que debo, intentando esta vez ser mucho más breve que las tres intervenciones anteriores. Los otros días estaba en una reunión por el recibimiento de uno de mis hermanos, y comí como hacía tiempo que no comía. Fui con muchísimo hambre, no porque lo haya calculado así sino porque el día se había dado de forma de que la última comida antes de esa reunión había sido 9 horas antes. Mientras comía y dado que no podía hablar ya que mi papá y mi mamá intentaron educarme correctamente, me puse a pensar un tema que según se me dice planteó una de mis maestras hace ya mucho, mucho tiempo. Según tengo entendido esta buen mujer le preguntó a la clase, no llego a entender muy bien que pretendía, un día que se festejaba el cumple de uno de mis compañeritos (todos nos encontrábamos degustando algún sándwich) “¿alguien sabe por qué comemos en las fiestas?”

Orgullosos mis padres me dijeron, cuando ya tenía edad para saberlo, que el único niño que contestó a esa pregunta fui yo. Quizá fui el único porque la maestra no supo cómo manejar la información que le brindé y supongo que cambió rápidamente de tema. Es probable que esta haya sido la última vez que hablé en alguna clase y ahora que lo pienso quizá el trauma que me provocó esta situación hizo que siempre le tuviera miedo a las intervenciones en clase (también existe la posibilidad de que nunca más supe la respuesta para las preguntas que se me hacían). Siendo yo alguien muy hábil a la hora de hablar pero así mismo muy sencillo y humilde, mi respuesta fue simplemente “comemos en las fiestas para no tener que hablar”.

Quizá se están riendo de la respuesta que un niño de 9 o 10 años le encontró a esa pregunta pero... ¿no hay algo de verdad ahí? Dado que en aquel momento aún no conocía el cinismo es que puedo decir que esta respuesta fue de corazón… y eso que las fiestas que vivía yo de chico eran realmente hermosas según las recuerdo (quizá porque siempre había muchísima comida y poca necesidad de hablar…tendré que pensarlo un poco más).

Si lo pensamos seriamente (espero no les cueste tanto como a mi esta hazaña), en nuestra sociedad ¿qué tipo de reuniones carecen de comida? ¿Cuándo fue la última vez que tuvieron una reunión y no habían quilos de comida? Porque como dijo una vez Ellen Degeneres, ¿cuál es la necesidad de comer tanto si mañana vamos a volver a comer lo mismo? Yo he tenido varios en los últimos años y les puedo decir que en este país, el único tipo de reunión que se me ocurre que existe y que no hay quilos y quilos de comida son los velorios. Preferiría no entrar a explicar por qué creo que en los velorios no hay comida, cuando la angustia oral quizá es grande…pero justamente en los velorios se habla y se habla…

Fiestas de quince, casamientos, bautismos, comuniones, bar mitzvah, cumpleaños, reuniones con amigos, reuniones con colegas, encuentros generacionales, encuentros de estudiantes (aunque en estos últimos puede no haber comida debido al exceso de drogas), etc…en todas hay mucha comida. Las fiestas grandes ya cuentan con platos y platos. Incluso hay programas de TV donde la gente se sienta a una mesa a comer, o programas donde nos muestran como cocinan algo mientras otras cosas suceden. Pareciera que pasamos muchísimo hambre, pareciera que en nuestra casa nadie cocina o incluso nadie tiene un teléfono para llamar al loco de la motito.

Al parecer alguien que no quiso dejar su nombre en el libro de la historia dijo una vez “Comida hecha, compañía deshecha”, lo que obviamente no tengo ni idea que mierda significa pero me gustó la rima (muy difícil de hacer por cierto…nunca se me hubiera ocurrido juntar las palabras hecha y deshecha). También Montaigne dijo una vez “El hombre no debe atender tanto a lo que come como a con quien come”…si bien tampoco sé muy bien lo que quiere decirnos M, creo que a los que lo entiendan van a saber valorar la importancia de la misma.

Yo sé que soy un tipo raro, pero a mí me rompe las pelotas que haya que comer tanto. Quizá porque por lo general los platos que se sirven ni me gustan…pero ¿han estado en alguna fiesta moviéndose sin control al son de Elvis Crespo y de pronto cambian de tema a One de U2, prenden las luces y empiezan a servir la comida como si fuéramos un animalito de granja?

Son innumerables las veces que estando con amigos pasándola muy bien suena la pregunta “¿qué comemos?” o “¿qué pedimos hoy?” o alguna otra versión de lo mismo. Lo loco e interesante es que la bola que se le da a esa pregunta es inversamente proporcional a lo interesante que es la charla o actividad que se está desarrollando. Me arriesgo a escribir (no es un gran riesgo, lo confieso) que he asistido a muchas reuniones donde en última instancia no se come porque por la hora ya no hay loquitos en motos o directamente porque esa pregunta nunca fue contestada.

Entonces, ¿por qué comemos? Comemos porque queremos tener algo que hacer, lo utilizamos quizá como Fail-Safe, salvaguarda. Hace un tiempo escuché, debido a que otro de mis hermanos (en este caso el biológico) se casaba, que el éxito de una fiesta dependía directamente de la comida, de la bebida y de la música (o esto recuerdo al menos). Con la bebida y la música no me meteré ya que en esa fiesta me baile todo y me tomé todo…pero no recuerdo haber comido. Fue la mejor fiesta a la que he asistido y puedo afirmar que fue por algo más que la comida algo mucho menos tangible, existió una energía en esa fiesta que no siempre se da (en otras fiestas he comido mucho).

Entonces, lo acepto, pongamos toneladas de comidas en nuestras fiestas como seguridad para que la misma sea exitosa, pero intentemos que no tenga mayor importancia. Intentemos que el centro de la fiesta, reunión, o lo que sea, sea la gente, la conversación, lo intangible…y si creemos que esto último va a faltar, entonces no hagamos esa fiesta, no asistamos, no nos molestemos, porque… ¿para qué forzarnos a algo que nos engorda? Para cerrar los dejo con una frase del gran Groucho Marx: “En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste”.

Creo que después de tanta pelotudez lo único que puedo preguntar es ¿por qué no queremos que los velorios sean un éxito? ¿No estaría bueno que los velorios empiecen a contar con alcohol en grandes cantidades, mucha comida y hasta música? ¿Por qué queremos que el recuerdo de ese evento sea negativo? En última instancia estamos despidiendo a un ser querido…digo…no se…pienso.

El gusto siempre es de ustedes,

Halcón

sábado, 9 de octubre de 2010

Los escombros del amor

Queridos lectores (son 4…si quieren armamos una reunión en casa en estos días), aquí va un nuevo post para lo que lo deseen. Este viene bastante cargado de emociones, debido a que los días que nos separaron desde nuestro último vuelo fueron bastante jodidos, llenitos de llantos (de los buenos y de los malos), tristezas y emociones.

En estos días, y para los que creían que mi cabeza se había secado (de los 4 lectores, dos quieren ver cómo me hundo en el ostracismo), muchos temas han pasado por mi cabeza, demasiadas cosas para escribir, algunas lindas y otras feas, algunas fáciles y otras difíciles. Como soy un ser dotado de una inteligencia abrumadora, elegí el más complicado de todos. A decir verdad no sé como saldrá, escribir sobre esto es bastante complejo para mí, pero aquí va, espero lo disfruten.

What are you, a "lefted" or a "leftee"?

En primer lugar voy a retomar un texto que empecé a escribir hace unas semanas, cuando me sentía abandonado por ese amor que no correspondió. Uno de esos días, llegaba a mi casa luego de un día muy largo y demasiado pensado, en esos días me dedicaba a pensar más que de costumbre, intentando avizorar una salida, un camino...

En uno de esos momentos de lucidez que tan rara vez se dan, en mi cabeza llegó a cerrarse una idea, un pensamiento cobraba forma y adquiría vida. Fue así que decidí redactar esta idea, idea quizá muy discutible, pero no quería olvidarla.

Lo que tenía en la cabeza y que vendría siendo parte importante de este post era, por ponerlo en palabras sencillas para ustedes, una clasificación posible entre los seres humanos. En mis breves años de existencia, y aún más breves de romances truncos, he descubierto que hay dos clases de personas (y no voy a discriminar por género, raza, religión, orientación política, sexual, etc) los "dejados" y los "dejantes".

No voy a explicar lo que considero que significa ser un “dejado” o un “dejante” ya que pienso que cada uno de ustedes tendrá una posible definición en su cabeza, pero lo que sí quiero explicitar es que uno no es una u otra en su vida pero si en cada momento. Quizá hoy somos los que dejamos y mañana los que somos dejados, sin llegar a tener asegurada la primera o la segunda. A su vez y al margen de esto, no creo que se llegue a ser un buen dejado o un buen dejante (pero que lindo sería…).

A mi entender, todas la relaciones humanas (entre dos personas, para simplificar la notación) poseen la característica de tener un dejado y un dejante. En particular es más fácil de ver esto en las parejas, siendo esto incluso real hasta el caso en el que el dejante lo que deja en si es este mundo (salvo el caso extremo de que ambas personas abandonen este mundo al mismo tiempo debido a un accidente, un virus mortal que arrase con la sociedad o la pertenencia a una secta satánica, entre otras posibilidades).

Es así que, sin más, termino esta primer parte del post, donde simplemente expresaba ese pensamiento un tanto caducado de mi cabeza, donde me creé esta división. El mundo se preguntará por qué incluí todo esto en mi cuentito “Los escombros del amor”. Pues bien...a diferencia de lo que muchos habrán pensado, este texto no trata sobre como uno queda enterrado bajo los escombros del amor, sino sobre como uno construye sobre y con estos.

Hace un tiempo se me enseñó que cuando compitiera en el arte que desempeño, si lo que quería era crecer y aprender, debía medirme contra superiores y no inferiores. Tanto para medirme en combate o en técnicas, ganarle a alguien “inferior” no dejaría casi enseñanza, mientras que cuando uno compite con alguien “mejor”, ganando o perdiendo, se puede aprender...o esa es mi experiencia.

De forma similar, y sin pretender que se entienda que las personas dejadas son inferiores a nosotros y que las personas dejantes son superiores (pues no es así), sí puedo decir que creo que a la hora de ser dejado tenemos lo que describiría como una “ventana de oportunidad” para aprender, y aprender mucho.

Me explico un poco…cuando uno es quien deja a la otra persona, o sea cuando uno es dejante, por lo general se da un proceso que nos lleva a esa decisión y en mayor o menor medida al terminar la relación ya casi la hemos superado. No tenemos mucho más que pensar en lo que pasó (hay casos en que sí, lo sé) y si bien se pudo haber aprendido mucho, al estar nosotros en la posición del dejante, son pocas las veces que el fin de la relación nos hace replantearnos cosas importantes, cosas que nos hagan ver diferentes con respecto al mundo.

Es más, me arriesgaría a decir que si el dejado no cambia su cabeza y uno después de dejarlo llegara a intentar algo nuevamente con esa persona, nada habría cambiado, los roles seguirían iguales y de muy rara forma no se repetiría la misma situación de dejado-dejante de antes.

Por otro lado, cuando el fin de una relación llega como una sorpresa, cuando no es lo que se esperaba, aquí es cuando muchas cosas son replanteadas y aquí es cuando digo que existe una ventana de oportunidad. Que la veamos o no, que en base a ella actuemos o no, que reflexionemos en ese tiempo o no, de forma de lograr cambios que nos favorezcan y de forma que lo aprendido sea aplicado, depende enteramente de uno y de su voluntad.

En mi caso se que pude haber dejado pasar muchas ventanas ya…pero en la última, la más grande hasta ahora, actué, dejando de lado el cansancio para con todo, dejando de lado las ganas de no cambiar, aceptando lo que uno no quiere aceptar.

Y aquí viene lo interesante, después de que se da este proceso, después de que nos permitimos “cambiar para mejorar”, es cuando vemos los resultados. Muchas veces escuché frases como “el vacío que deja el amor”, espero hayan escuchado algo similar alguna vez. Lo lindo es que después del proceso que vengo diciendo veo que este hueco, este vacío, si bien podemos aceptar que existe, no tiene el mismo tamaño que la persona que se fue…es mayor.

Si en estos momentos volviera la persona que nos dejó, no podría ocupar el vacío que hay, ya que las cosas cambiaron y uno quizá quiere construir algo mayor desde los escombros, la persona que somos, no es la persona que éramos.

Para terminar me gustaría simplemente cambiar una palabra por su connotación negativa. Si bien acepto la existencia de este vacío, no es un vacío lo que hay sino un lugar, un espacio. Algún día quizá escriba algo que tengo hace tiempo en mi cabeza que recibiría un título del tipo “¿Por qué tenemos un perro, nos casamos y formamos una familia?”, pero de momento lo que voy a decir es que si bien no creo en frases como “I’m so lost without you” de la canción de Air Supply “i’m all out of love” (si no me equivoco) o sea, si bien no creo que uno dependa enteramente de la existencia de otro ser para existir y ser feliz, si creo que siempre tenemos lugares dentro de nosotros que los ocuparan inexorablemente otras personas, amigos, amigas, amantes, amantas, amores en general.

Por lo que podría decir que el vacío al que me refería antes, más que un vacío, es ese lugar que damos en nosotros para la persona (o las personas) que queremos amar, y que cuando volvemos a construir con y sobre los escombros de ese amor, ese espacio cambio, y ya no podrá ser ocupado de la misma forma y por la misma persona.

No creo que tenga mucho más que escribir…y si bien no estoy tan orgulloso como generalmente estoy al escribir, lo mejor que puedo decir es que por suerte ya tengo otras ideas para lo que se viene, además del post más escandaloso que se me pueda ocurrir pronto para ser subido…

Nos seguiremos viendo por las nubes,

Su halcón

viernes, 1 de octubre de 2010

ReFritos I: No me gustan las despedidas…mas si las renuncias.

Desde que terminé de escribir el vuelo anterior, entre otras, han sucedidos dos cosas. Una es que no paro de recibir maravillosas respuestas por lo escrito (no hay sorpresa ahí). Lo otro es que una sombra ha crecido en mí, una duda, un miedo. Todos los que sabemos al menos un poquito de cine (o aquellos que no saben nada pero que vieron Scream 2) tenemos claro que las secuelas, las continuaciones, son siempre malas. La 2da de algo nunca fue buena, salvo contadas excepciones que entran en esa “confirmación de la regla”.

Por eso me plantee, ¿qué he de hacer? ¿Esforzarme muchísimo para lograr un segundo post tan exitoso como el primero? ¿Perder las pocas neuronas que me van quedando en crear algo tan sublime? Claramente la respuesta que me di a todo esto fue un rotundo NO. ¿Para que esforzarme tanto? Mejor escribir cualquier cagada y aceptarlo, bajar el listón de mis lectores, para que el tercer post sea el que me haga saltar a la fama.

En este sentido la mejor solución que encontré fue refritar algo, pegar en el blog algo que escribí hace tiempo y que ya vio la luz del día. Al mismo tiempo intento aquí hacer un pequeño homenaje a mi pequeña carrera laboral, a modo de festejo por mi nuevo trabajo donde, para hacerla fácil, soy feliz. Así que aquí va, un pequeño cuentito, un poco más para que conozcan a este Halconcito.

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía…” un Joven Halcón (que para ahorrar en letras vamos a denominar tan solo JH). Este JH supo ser, en la mayor parte de su tiempo, un joven centrado, muy responsable, quizá muy viejo para su edad. Fue así que siendo aún joven  se aventuró contra su primer molino, su primer trabajo, casi sin horario, mal pago, que no le exigía, ni lo retaba, diría que una mierda si no fuera por el hecho de todo lo que ese trabajo le enseñó y la importancia que tuvo (aparte de ser una empresa de parientes la misma y es un poco feo decir esto).

Duró mucho ese trabajo, nunca recordaré cuánto este JH estuvo ahí, pero un día de abril del 2007 abrió sus alas y se echó a volar. Creyó que para estar mejor, para no volver a lo mismo, para sentir ese reto que buscaba y para encontrar soluciones a preguntas y respuestas a problemas debía enfrentar un monstruo mayor, una Multinacional. Que gran experiencia que tuvo ahí, quizá no la que buscaba, pero aprendió, oh si, aprendió. Nunca más se vería tentado de esa forma por ese nuevo tipo de mentira que estaba conociendo. Nuevamente aquí se mantuvo más tiempo del que hubiera deseado, nuevamente por miedos que nada tenían que ver con él, por promesas nunca realizadas, por palabras nunca empeñadas.

Fue así que un día de Setiembre de 2008 partiría nuevamente a buscar otros horizontes, con la vista más “centrada”, buscando lo que su experiencia hasta este momento le había enseñado a buscar. Y ahí encontró la empresa de las dos G, una empresa de su patria, más pequeña pero quizá más grande. Un lugar donde se sintió más a gusto, donde la partida, que sería en enero del 2010, resultaría mucho más difícil. Donde la despedida no sería tan ligera como antes. Aquí habían más sentimientos en juego, aquí había conocido nuevas amistades, había conocido una empresa con mano amable, había aprendido más que nunca, había crecido. Pero debía irse. Si la decisión que realizó fue la correcta o no, este narrador lo desconoce, pero la realizó.

Es aquí que nuestro Joven Halcón se cuestionó como debía irse. Luego de tantos viajes, ya había visto muchas despedidas, y si algo no quería era irse de esa forma. Se había acostumbrado ya a ver mails de despedida lineales, secos, tristes, sin sentido alguno. No le parecía que tuviera valor despedirse diciendo las mismas cosas siempre, dejando siempre los mismos datos, buscando algo que nunca había existido. Para nuestro JH, su despedida de los amigos iba a ser otra, y en si no debía haberla, no era su forma decir chau simplemente porque partía. Para el resto de la empresa, no podía ser un saludo gris…él nunca lo había sido.

Fue así que lo que envió fue lo siguiente, espero sepan comprenderlo.

Asunto: El joven no se va, el joven no se va, no se va, el joven no se va...

Cuerpo del mail: 

Queridos y queridas compañeras y compañeros…como ya muchos sabrán, hoy es mi último día en la empresa (por cierto, no entiendo por qué el mail se manda el último día y no un poco antes…es casi como algo póstumo…no se…lo dejo planteado…ustedes ven…). Si bien la tribuna pide que me quede, es una decisión tomada, decisión que me costó bastante. A los que no saben les cuento que no me voy a ningún lado salvo mi casita a convivir con mi familia que hace algún tiempo que no lo hago. Planeo hacer un cursito y ponerme al día con la facultad y quizá en un par de meses (“cuando el hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis diez tías” me ataquen) volver a probar suerte en el mercado laboral. 

Fue una experiencia muy enriquecedora la que he vivido este año y pico en la empresa, he aprendido mucho y me llevo muchísimas cosas (para mi casa, pero espero no me denuncien). También espero haber retribuido a la empresa al menos en una pequeña medida…acá recuerdo cuando me mandaron a guardar cajas arriba de administración, o las tardes dedicadas a lavar los platos…ah, que momentos… 

En el plano social o humano, realmente considero que esta empresa es una empresa que se destaca. No voy a repetir todo lo que he leído este tiempo y que ya han dicho otros, pero si mencionar lo destacable que es que un ambiente laboral tenga una atmósfera así de amistosa. Aquí cito a un viejo conocido (Bilbo), no porque la frase tenga algo que ver, pero para hacer una referencia bien nerd, “No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes se merece.” 

Todavía recuerdo cuando apenas a días (o meses, porque a decir verdad tan bien no me acuerdo) me llegaba la invitación por parte de alguna de las comisiones (que se merecen otro mail aparte las mismas, pero ya bastante largo viene siendo este como para hablar de lo grandiosas que han sido) de ir a tirarme por una cuerdita y medio atado por algún salto del mundo…fue en ese momento que vi que la empresa era algo más que una simple empresa.

 En este punto, me pongo serio (que los que me conocen saben que es algo bastante imposible de hacer para mí, pero lo hago por ustedes, loquitos!) y agradezco profundamente la oportunidad de haberme sumado a esta empresa por el ratito que lo hice a los Gs, también a E y por supuesto hago un reconocimiento público a C y N que fueron mis guías dentro de la empresa.  

Hace algunos años, tuve la suerte de ir a ver a Dolina al teatro y mayor aún fue mi suerte cuando pude arrinconarlo para solicitarle un autógrafo para un conocido de un amigo (está bien, era para mí, pero no digan nada). Tan podrido estaba el señor, y tan molesto de que un halconcito que ni siquiera era de Liverpool lo molestara después de horas de trabajo, que su dedicatoria fue un tanto particular. En este momento la comparto con ustedes y con ella me despido.  

“En el umbral de la ausencia” los dejo, deseo que nuestros caminos se vuelvan a cruzar. 

El gusto ha sido de ustedes, 

Joven. 

PD1: hoy antes de irme y para todos los que no hayan tenido el gusto de escuchar mi voz aterciopelada o los que quieran volver a oírme (sé que son muchos), voy a cantar un pequeño repertorio de canciones en “El balcón de la empresa” (boliche nuevo). El repertorio incluye “Señora de las 4 décadas”, “Bailar pegados”, “Gotta Feeling”, “I know you want me” y “A desalambrar”.

PD2: Les paso mi mail personal para el que quiera agregarme al msn, también para el que quiera mandarme chistes los viernes…solo los viernes, jovenhalcon@halconesgalacticos.com

PD3: Si alguien desea mi teléfono celular por alguna razón y aún no lo tiene, pídanselo a alguien que lo tenga…pero antes de hacerlo cuestiónense lo siguiente…si en un año y 4 meses y 7 días no necesitaron llamarme…para que cambiar esa realidad?