Hoy fue un día medio largo, por lo que quedé un poquito cansado y con escaso tiempo para escribir este texto. Tan cansado quedé, que no se me ocurrió ningún nombre para lo que voy a escribir… para ser un poco más honesto, no se me ocurrió un título que pudiera representar todo lo que planeo escribir (que claramente no va a ser igual a todo lo que va a quedar en papel).
Bueno… aquí voy… intentaré no ser breve y hablar de las dos cosas que han reunido a todas mis personalidades para escribirles hoy. Empiezo por la más importante… un nuevo homenaje.
Contigo… contigo compartiremos la tierra que caminamos…
Este va a ser un homenaje más corto que los anteriores ya que a estas alturas siento que no tienen gracia, y a su vez pienso que a él no debe interesarle que se lo haga. Pero bueno hoy, si no me equivoco, es un cumpleaños bastante importante para mi hermanito mayor y… ¿qué decir de él?
Puedo decir, en base a mis investigaciones, que es casi tan lindo como yo… ¿Por qué? Porque somos iguales, salvo por el hecho de que tengo ojos claros, que en la sociedad actual cotizan un poco más… pero ya va a cambiar… ya va a cambiar.
Según tengo entendido, me quiso pila desde que nací, o más bien cuando nací… a los pocos años ya aparecían nuestras diferencias. Dicen siempre que cuando nace el hermano menor, el mayor solo tiene ganas de asesinar al primero… por suerte con el negrito no fue así… es más… si no me equivoco él me regalo uno de los primeros presentes que me obsequiaron.
Tuvimos unos años oscuros, donde por alguna razón el mundo entero se hizo a la idea de que los parecidos que teníamos eran tan solo superficiales, que éramos los gemelos nacidos con dos años y medio de separación, gemelos completamente antagónicos. Y creo que ambos lo creímos por mucho tiempo, ambos creímos que lo único que teníamos en común era el apellido, el rojo de la barba y los genes.
Pero fueron pasando los años, fuimos definiendo nuestras personalidades, fuimos haciendo nuestras vidas… y en el momento que todos creyeron que debíamos ser dos extraños, creo que ambos nos reconocimos como iguales. Y si… por suerte puedo decir que hay otro como yo en este mundo.
Porque en esta vida solo aceptaré que no soy único, si el otro halcón es él…
No quiero extenderme mucho más ya que el seguro que no lo quiere.
Querido hermano… te deseo el más lindo de los cumpleaños.
Aquí la segunda parte de este post… por suerte venimos rápido hoy así que pienso que en breve estaremos culminando con esto. Justo se da una coincidencia más en esta vida… una de las tantas que me ocurren todos los días. Hoy, además de cumplir años mi querido hermano, hace un año que ingresé en la empresa en la que me encuentro trabajando… ¿y qué decir sobre esto?
Esta pregunta me genera TODO un problema… y voy a explicar por qué. Mi blog estuvo con poca actividad durante varios meses, por lo que asumo que de los 15 lectores que tendría el año pasado la mayoría ya desaparecieron, quedando solo los que pertenecen a mi familia (y que aún me quieren… uno o dos). Pero en los últimos días tuvimos que agrandar el ancho de banda del servidor en el que mantenemos este espacio, ya que muchos (y creo que no estoy mintiendo) de mis compañeros de trabajo han descubierto la magia que escribo.
Entonces el problema está ahí… siendo leído tanto por mi jefe como por mis compañeros, se me complica ponerme en una posición de ‘mamadereo’ para con la empresa, sin que me odien todos, salvo mi querido y estimado patrún.
Por otro lado, esto me genera otro problema que considero aún mayor que el antes mencionado… quizá todos leyeron el mejor texto que he de escribir, y al no poder llegar a igualarlo o superarlo van a confirmar (porque seguro que ya lo piensan) que soy terrible papanata.
Mas no así, he de hacer mi mayor esfuerzo e intentaré que todos se alejen de este texto creyendo que soy tan solo un tontín.
Hace unos días escribí acerca de mi primer vuelo y como lo prometido es deuda, hoy y en conmemoración a este día habré de hablarles de mi primer viaje al exterior por trabajo, es decir lo que vino después del vuelo. En esta breve narración, estarán conmigo dos amigazos que la vida me dio… ellos habrán de ser llamados ‘el señor gerente’ (presentado en ese primer vuelo) y… mmm… ¿Cómo podré llamar a este muchacho?… mmm… ‘el señor tengo que hacer la tesis así que no me molesten’ queda un poquito largo y yo pago por palabra… por otro lado ‘el señor que cuando preciso que le leyera la tesis, se olvidó de los maltratos y desprecios para con mi persona’ quizá suena muy fuerte… y creo que ‘el señor que me hizo caminar unas doscientas cuadras para ir a buscar una calcomanía re loca para una pared de su casa’ quizá quede feo que lo diga… así que lo dejaré en ‘el señor vago’, y no en referencia a su cuadro de fútbol.
Así que allí estaba yo… bajando de la plumita, que sigo sin saber cómo surcó los mares, y siguiendo a mi querido señor gerente me adentre nuevamente en un ómnibus que habría de transportarme aproximadamente cinco metros. Debo recordarles que en ese momento me encontraba un tanto mareado por el golpe recibido en la parte trasera de mi cabeza, instantes antes de descender del avión, por lo que no me encontraba en un gran momento para razonar.
Pues bien, el ómnibus nos transportó esos ocho metros desde el avión hasta la puerta de las aduanas… por suerte había seguido al señor gerente, ya que él supo exactamente donde subir, para que luego fuésemos los primeros en bajar y así llegar primeros a la cola de aduanas. Por otro lado, en base a una sugerencia de mi buen señor gerente, no había despachado mi bolso (en mi primer viaje todavía no tenía una valija como la gente para llevar), por lo que luego de aduanas pudimos salir rápidamente del aeropuerto.
Aquí debo hacerles una recomendación… Si van a hacer un viaje de negocios llévense a alguien que tenga gran experiencia en el tema. Les puedo recomendar tanto al señor gerente como al señor vago. Esto lo digo porque si algo me quedo claro es que los Business Men no tienen tiempo que perder, por lo que hay que reducir los tiempos muertos a cero… Tengo mi teoría de que estos dos (a ellos nunca les dije lo que planteo ahora… pero no creo que lo vayan a leer así que lo digo tranquilo) se juntaron un día e hicieron un análisis de todos los puntos donde se podría ‘ahorrar’ tiempo. Fue así que aprendieron en qué llamado hay que acercarse a la puerta de embarques, que lograron resolver el acertijo de cuál de las ocho puertas del ómnibus hay que ocupar de forma de ser los primeros en bajar del mismo, que asientos del avión son los mejores para disminuir los tiempos de ascensos y descensos (siempre teniendo en cuenta encontrar los lugares adecuados para los bolsos i/o valijas), que compañías de remise son las mejores, cuáles son las calles menos transitadas según la hora… bueno… creo que me entienden.
Al salir del aeropuerto, nos hicimos de un remise que en lo que me pareció que fueron tres horas, nos llevó a la empresa donde habríamos de pasar nuestras jornadas laborales. Aquí hago otra confesión… si bien actualmente nos hemos vuelto muy unidos con el señor gerente y el señor vago, y vamos a todos lados juntos, nos reunimos todas las semanas a comer y charlar de nuestras familias, y todas esas cosas que la gente unida suele hacer, en ese momento, en ese remise, me sentí como en un ascensor. Hasta ahí había hablado con mi señor gerente unas dos veces y todavía no habíamos entrado en confianza.
Así que luego de varios comentarios míos acerca de lo loco del clima, lo linda que es esa ciudad, lo raro que estaba el tránsito, etc, etc, acepté mi derrota y me callé la boca. Es más… ahora que lo pienso, fue de esos pocos momentos en los que algo logró callarme… seguro que el señor gerente debe extrañar esos momentos de paz.
Llegamos a la empresa… ojo… por alguna razón que aún no he entendido, siempre que vamos en taxi o en remise, nos bajamos a una cuadra de la empresa. Quizá porque no queremos que sepan a donde vamos… quizá porque no sabemos bien la dirección… o quizá porque no queremos que en la empresa sepan en qué llegamos… pero bueno… nos bajamos a una cuadra.
Y el silencio fue nuevamente roto… mi señor gerente me preguntó… ¿Querés pasar por los Húngaros a comprar algo? Y yo pensé… ¿de qué me habla este señor? Resultó que hay muchísimos mercados de Húngaros en esa ciudad… muchísimos… ¡y la atención es tan pero tan buena! En ese momento conocí uno de estos mercados, donde la verdad preferiría no volver en mi vida (sobre todo luego de los sucesos acecidos en mi última visita al lugar… sucesos que no habré de contar por mi propio bien).
Entramos en la empresa… es un bunker… casi me revisan por si traía algún arma… ¡yo sabía que me tendría que haber afeitado y que no debía usar este turbante! Lindo lugar… después de que pasas por todos los catcheos… lindo lugar.
¡Por fin una cara conocida! ¡Acá está el vago!... y dos personas más… Me alegra de que seamos tan pocos en la oficina… así no tengo que recordar muchos nombres… solo con recordar los de estos dos chicos que son… ehm… bueno ta, no me acuerdo bien. El señor gerente me pidió que me siente al lado de él… ¡Qué lindo que va a ser este día!
…
Terminó la jornada… no fue tan larga ni tan pesada cómo creí que iba a ser. Nos estamos yendo con alguien que nunca antes vi para algún lado que desconozco… creo que es la primera vez en mi vida que he sabido tan poco de mi ‘estado’ actual. Digamos que lo único que sé es básicamente quien soy… no puedo dar ningún otro dato.
Brutal… después de caminar unas quince cuadras con mis bolsos (yo sé que son pocos días, pero tenía que traer ropa para usar en el trabajo y ropa para después del mismo… para cuando salgamos a bolichear) llegamos al apto… ta… el living está muy lindo… aunque tengo ganas de ir al sanitario y la verdad ni idea de donde es.
Bueno… luego de pedirles a mis queridos anfitriones, estos me mostraron el departamento… re lindo… aunque pareciera que falta un poco el aire. Me tiene sorprendido no encontrar ningún cartelito de ‘Este ambiente es 100% libre de humo de tabaco”.
Cuando volví al living, luego de lavarme la cara y después de atravesar una densa niebla que supongo se había colado por la ventana, me encontré con una situación ‘interesante’. Mis compañeritos estaban ambos con sus computadoras prendidas… supuse que estarían chateando o en Facebook. Pues no… me sorprendí al ver que seguían trabajando. Así que para no quedar desubicado, saqué la compu y me puse a trabajar. Re divertido… cortamos de trabajar como a la una de la mañana…
Ahí lo comprendí, toda la ropa que había llevado para las salidas que íbamos a hacer iba a volver igualita a cómo había ido. Pero todavía me quedaba una pequeña esperanza… siempre que he ido a esa ciudad, he deseado con todas las fuerzas ver a un grande haciendo su programa… no me refiero a Tinelli, sino que a Alejandro Dolina. He tenido la suerte de verlo un par de veces, pero siendo que esta vez iba tantos días hábiles iba a tener la posibilidad de verlo todas las noches… ¡que alegre me tenía esta situación!
Y así fue que la segunda noche, cuando en un rapto de locura cortamos diez minutos de trabajar y fuimos a Frodo a comprar helados, les dije “chicos… ¿qué les parece si vamos a ver a Ale Dolina hoy?”. Todavía tengo grabadas en mis retinas verdes las caras que me pusieron ante mi pregunta… y yo que pensaba que eran gente culta… pero no saber quién es ese grande de los grandes…
Mis sueños estaban totalmente destruidos… no habría de salir en las noches a ‘romperla’… no habría de ver a Dolina… y no era lo único que estaba destruido, también tenía destruida mi espalda ya que el hermoso colchoncito que me dieron para dormir es tan pero tan hermoso…
Yo no estoy muy seguro de qué material está hecho… pero si me dijeran que tiene pedregullo adentro yo les creería… ah… pedregullo y pinchos. Es muy raro… entre que sentía que estaba durmiendo arriba de una roca y que me hacían acupuntura toda la noche… la verdad… la pasé ‘bomba’.
Ta… quiero hacer una aclaración extra texto, así no dicen que soy un ingrato. Luego de 18 días yendo al mismo apartamento por las mismas razones, me dieron un colchón de este siglo para que durmiera las últimas dos noches que he estado allá. Mucho mejor… un poco blando si puedo hacer una puntualización… un poco mucho. Quizá la próxima que vaya ponga el colchón de pedregullo y pinchos debajo del colchón hecho de pompas de jabón, así más o menos puedo dormir.
Creo que podría decir alguna cosa más de estas lindas que estoy diciendo, de estos hermosos recuerdos que me vienen a la cabeza… pero estoy muy dormido ya y quizá no se vea la belleza de lo que digo.
Así que ta… hace un año que estoy en esta empresa… donde mi patrún es un crá, donde un señor gerente me adoptó como vaya uno a saber qué (aunque la palabra mascota se me viene a la cabeza…), donde conviví con un vago al que le tenía que hacer el desayuno, corregir la tésis, lustrar los zapatos, con quien no podía dormir porque mi presencia no era de su gusto por lo que todas las noches tenía que llevar mis cosas cual vagabundo al living del apartamento, para todas las mañanas volver a ordenar todo para que ninguno de los patrones se fuera a quejar y me llegare a castigar.
De verdad, ha sido todo un gusto llegar a este año… un gusto y un esfuerzo también. Esperemos esta vez superar mi record de tiempo trabajado… eso si que va a estar lindazo.
Un saludo para todos los que me conocen,
Un halconcito con demasiados patrunes.
4 comentarios:
Gracias hermano querido. No siempre hay que ser siameses para que los caminos estén unidos, el tiempo lo dejó más que claro. Sabés que desde el primer día que viste la luz sos importante para mi. Pese a diferencias o similitudes, son un ladrillo en mi pared.
Abrazo grande. Gracias de nuevo por esas palabras.
Blackhawk.
Sos un hdp!!!! nos hiciste morir de la risa y.... perder media hora de laburo en el depto!!!!!!
Buen texto, halcón :)
Felicidades por este año en la empresa! Debe haber pocas cosas tan buenas como estar feliz en el lugar de trabajo. Keep it up! ;)
Abrazo,
Max
Ah claro, lectores de su familia o de su laburo. Y yo que? A mi que me parta un rayo ...
Snifff
:(
Publicar un comentario