Muchas veces en mi vida, al no
ser completamente sordo, he escuchado a muchos decir muchas cosas… entre ellas “quiero llegar a ser feliz”…
también, y disculpen mi francés, “por qué no te vas a la mierda”. Hoy he
decidido contarles un poco acerca de ambas frases y también, por qué no, de su
origen.
Sucede que hace muchos, muchos años… muy al
norte de nuestro querido planeta… más al norte de lo que muchos se han animado
a ir… pero no tanto como para convertirse en sur… allí se fundaba una villa muy
pequeña (pero de gran corazón) llamada “Villa Mierdha”. El nombre, por trágico
que parezca, se le puso en honor al héroe que por sus hazañas logró que ese
grupo de personas pudiera llegar hasta ese lugar y escribir un poco de
historia… ese héroe se llamaba, según pude saber, Joe Mierdha.
Hace no mucho tuve el placer de estar por
esos lares… como dato anecdótico y en relación a mi último texto les cuento que
la moneda allí utilizada es el Halcón (solo para que sepan que eso no fue fruto
de mi imaginación). Llegué a villa mierdha no esperando mucho, solo para cerrar
algunos negocios (la gente del lugar es muy acaudalada).
Si bien comenzó como un pueblo muy pequeño,
fue creciendo hasta convertirse en un pueblo no tan pequeño. Debido a que es
gente que tiene muy poca noción de la realidad, consideraron oportuno construir
el mismo a modo de fuerte, para prevenir posibles invasiones de los mister
dangers del mundo. Al llegar al pueblo uno puede ver claramente que sus defensas
dejaron de ser suficientes en el siglo 4AC…
De cualquier forma hay que reconocerles que
en base a un pensamiento sumamente ridículo como el que recién les comentaba,
lograron construir un pueblo muy pintoresco. Como cuenta con una sola entrada,
con mi comitiva de tres personas nos encaminamos hacia la misma. Mi grupo estaba
obviamente liderado por mi queridísimo señor gerente y contaba con el heraldo
más renombrado de todos, el señor vago.
Fue al golpear esa puerta que conocimos quizá
a una de las personalidades más pintorescas que uno pueda imaginar, personalidad
que ostenta el título de “portero de villa mierdha”… nunca llegué a saber su
nombre. De todas formas si supe muchas cosas gracias a el… acerca del origen
del pueblo, por ejemplo. Pero también supe que en el pueblo, aparte de él había
otras dos personalidades de renombre, sumamente conocidos por todos. Por un
lado el cocinero del pueblo, el gordo jean-claude y por el otro el jefe de
seguridad y gerente en materia de chimentos… tampoco supe su nombre, pero al
parecer aspiraba de corazón (y no creo que fuera lo único que aspirara) el
puesto de cocinero ya que se pasaba fritando cosas. Acerca de estos dos individuos
prometo algún día contarles muchísimas cosas… ninguno tiene desperdicios.
Pero no es esto lo que vinimos a charlar en
el día de hoy…
En villa Mierdha se da algo muy interesante…
el ambiente de camaradería que se encuentra genera que muchas veces los límites
naturales del relacionamiento humano no se distingan del todo, y por ejemplo un esclavo termine levantándole
la voz a su dueño y quizá hasta llegue a insultarlo. Pero lo que decía que era
interesante es que la represión típica vista para con los esclavos que actúan
de estas formas, como ser azotes y desmembramientos, no son las utilizadas
aquí… sino que el esclavista medio termina insultando a su esclavo (levantando
siempre la apuesta), logrando que se genere una cadena sin fin de puteadas a
las puteadas.
Lo confieso que perdí mi rumbo en mi estadía
por allí, y terminé diciéndole algunas cosas al señor portero que quizá la
lógica dictaba no decirlas. Pero como decía antes… el señor portero de villa
Mierdha, pese a ser una de las personas de mayor poder del lugar, no hacía más
que levantar la apuesta más y más.
Es que en villa Mierdha está permitido irse a
la mismísima mierda… es más… ellos consideran que este es su ley motive. Y aquí
algo muy interesante… según cuenta el anciano de la aldea, de este pueblo y de
su forma de ser nació la expresión que comparte el nombre con la ciudad
(mencionada en el primer párrafo).
A llegar el siglo XX sucedió algo que los
aldeanos siguen sin poderlo creer… debido a lo supuestamente poco correcto del
nombre de la villa y a que muchos historiadores de ‘otros lados’ encontraron
pruebas de que Joe Mierdha no fue quien dijo ser… el mundo optó por cambiarle
el nombre al pueblo e imponer ciertas reglas completamente extranjeras.
Así volvieron a un pueblo sumamente amable y desconocido,
en una ciudad de turismo y consumo, como nunca Joe pretendió (aunque si algunas
de las cosas que se dicen ahora de él son ciertas… sus pretensiones realmente
eran un tanto incorrectas… quizá tanto como su apellido).
Y así fue que, aquel pueblo que para muchos
se llamó (y se sigue llamando) Villa Mierdha, pasó a llamarse Aldea Serfeliz.
El nombre poco feliz que por segunda vez le fue otorgado a este pueblo pocos
comprenden de donde viene. Muchos hablan de que es una palabra de alguna tribu
indígena, otros afirman que era el verdadero nombre de Joe, quien odiando el
mismo se lo cambio por el que todos conocemos (demostrando aquí que no habría
sido un tipo muy inteligente)… quienes parecen estar más seguros del por qué
del nombre, afirman que quienes lo pensaron, y al parecer fueron muchos sabios
de la época en un concilio que duró varios meses, encontraron que el pueblo
tenía cierto efecto sobre las personas que las ponía en sus mejores estados de
ánimo.
Estos sabios llegaron a concluir que la fuente
de toda la felicidad del mundo provenía de este lugar… muy sabios eran ellos,
como pueden notar. Fuera por lo que sea, podrán imaginar que se generó por
aquellos años (y sigue siendo una tradición en muchas familias) que al llegar a
la mayoría de edad los jóvenes y jovenas salen a recorrer el mundo buscando el
camino a Serfeliz… no un camino muy fácil de hallar, debo decirles.
Muchos lo encontraron y otros no. Aquellos
que no pudieron ver nunca este santuario de la felicidad y que creían con todo
su ser en el mismo, terminaron por ser personas muy frustradas y resentidas…
nunca lograron sentirse completamente felices ya que les faltaba encontrar la
felicidad misma.
Aquellos que si llegaron a ver la fuente de
la felicidad descubrieron que no eran más o menos felices… que sus problemas no
dejaban de existir por haber pisado este suelo.
Fueron ellos los primeros en descubrir que no
hay que irse a la mierda para poder ser feliz… que la felicidad está en uno y
es uno quien tiene que poder encontrar SU camino a la misma.
Así que no continúes con esa tradición, tan
añeja ya, de buscar Serfeliz y simplemente sé feliz.
Les mando un saludo a todos aquellos que ya
no están aquí… que se fueron a la mierda persiguiendo un sueño mas no la
felicidad (aquí aclaro dos cosas… por un lado que si no sos una de las cuatro
personas que están nombradas a continuación, entonces probablemente no sepas de
quienes hablo… y lo otro que vale la pena aclarar, para evitar problemas, es
que lo que estoy diciendo en este párrafo es bueno… perseguir un sueño es lo
que, a mi gusto, debemos hacer todos los días… ta, quizá no tanto… se entiende,
¿no?)… doctor bizarro, laura antimilicos, “yo soy salada y el tres de marzo
(3-14) festejo el día de pi comiendo tortas (páis)”, y también la gran Cass…
para ustedes este texto.
Salúd!
3 comentarios:
1-0
Primera vez que no la agarró ni con un calderín. Lo confieso. Esto es, a falta de mejor calificativo, ma jes tuo so, como Johnie Tolengo.
Además de agradecerte la dedicatoria, te agradezco el que siempre aprendo contigo.
Qué bueno a veces coincidir, no?
besos
Muy bueno!!!
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