martes, 21 de junio de 2011

21 de junio



Hoy fue un día medio largo, por lo que quedé un poquito cansado y con escaso tiempo para escribir este texto. Tan cansado quedé, que no se me ocurrió ningún nombre para lo que voy a escribir… para ser un poco más honesto, no se me ocurrió un título que pudiera representar todo lo que planeo escribir (que claramente no va a ser igual a todo lo que va a quedar en papel).

Bueno… aquí voy… intentaré no ser breve y hablar de las dos cosas que han reunido a todas mis personalidades para escribirles hoy. Empiezo por la más importante… un nuevo homenaje.

Contigo… contigo compartiremos la tierra que caminamos…

Este va a ser un homenaje más corto que los anteriores ya que a estas alturas siento que no tienen gracia, y a su vez pienso que a él no debe interesarle que se lo haga. Pero bueno hoy, si no me equivoco, es un cumpleaños bastante importante para mi hermanito mayor y… ¿qué decir de él?

Puedo decir, en base a mis investigaciones, que es casi tan lindo como yo… ¿Por qué? Porque somos iguales, salvo por el hecho de que tengo ojos claros, que en la sociedad actual cotizan un poco más… pero ya va a cambiar… ya va a cambiar.

Según tengo entendido, me quiso pila desde que nací, o más bien cuando nací… a los pocos años ya aparecían nuestras diferencias. Dicen siempre que cuando nace el hermano menor, el mayor solo tiene ganas de asesinar al primero… por suerte con el negrito no fue así… es más… si no me equivoco él me regalo uno de los primeros presentes que me obsequiaron.

Tuvimos unos años oscuros, donde por alguna razón el mundo entero se hizo a la idea de que los parecidos que teníamos eran tan solo superficiales, que éramos los gemelos nacidos con dos años y medio de separación, gemelos completamente antagónicos. Y creo que ambos lo creímos por mucho tiempo, ambos creímos que lo único que teníamos en común era el apellido, el rojo de la barba y los genes.

Pero fueron pasando los años, fuimos definiendo nuestras personalidades, fuimos haciendo nuestras vidas… y en el momento que todos creyeron que debíamos ser dos extraños, creo que ambos nos reconocimos como iguales. Y si… por suerte puedo decir que hay otro como yo en este mundo.

Porque en esta vida solo aceptaré que no soy único, si el otro halcón es él…

No quiero extenderme mucho más ya que el seguro que no lo quiere.

Querido hermano… te deseo el más lindo de los cumpleaños.

A un año de… ¿de qué?

Aquí la segunda parte de este post… por suerte venimos rápido hoy así que pienso que en breve estaremos culminando con esto. Justo se da una coincidencia más en esta vida… una de las tantas que me ocurren todos los días. Hoy, además de cumplir años mi querido hermano, hace un año que ingresé en la empresa en la que me encuentro trabajando… ¿y qué decir sobre esto?

Esta pregunta me genera TODO un problema… y voy a explicar por qué. Mi blog estuvo con poca actividad durante varios meses, por lo que asumo que de los 15 lectores que tendría el año pasado la mayoría ya desaparecieron, quedando solo los que pertenecen a mi familia (y que aún me quieren… uno o dos). Pero en los últimos días tuvimos que agrandar el ancho de banda del servidor en el que mantenemos este espacio, ya que muchos (y creo que no estoy mintiendo) de mis compañeros de trabajo han descubierto la magia que escribo.

Entonces el problema está ahí… siendo leído tanto por mi jefe como por mis compañeros, se me complica ponerme en una posición de ‘mamadereo’ para con la empresa, sin que me odien todos, salvo mi querido y estimado patrún.

Por otro lado, esto me genera otro problema que considero aún mayor que el antes mencionado… quizá todos leyeron el mejor texto que he de escribir, y al no poder llegar a igualarlo o superarlo van a confirmar (porque seguro que ya lo piensan) que soy terrible papanata.

Mas no así, he de hacer mi mayor esfuerzo e intentaré que todos se alejen de este texto creyendo que soy tan solo un tontín.

Hace unos días escribí acerca de mi primer vuelo y como lo prometido es deuda, hoy y en conmemoración a este día habré de hablarles de mi primer viaje al exterior por trabajo, es decir lo que vino después del vuelo. En esta breve narración, estarán conmigo dos amigazos que la vida me dio… ellos habrán de ser llamados ‘el señor gerente’ (presentado en ese primer vuelo) y… mmm… ¿Cómo podré llamar a este muchacho?… mmm… ‘el señor tengo que hacer la tesis así que no me molesten’ queda un poquito largo y yo pago por palabra… por otro lado ‘el señor que cuando preciso que le leyera la tesis, se olvidó de los maltratos y desprecios para con mi persona’ quizá suena muy fuerte… y creo que ‘el señor que me hizo caminar unas doscientas cuadras para ir a buscar una calcomanía re loca para una pared de su casa’ quizá quede feo que lo diga… así que lo dejaré en ‘el señor vago’, y no en referencia a su cuadro de fútbol.

Así que allí estaba yo… bajando de la plumita, que sigo sin saber cómo surcó los mares, y siguiendo a mi querido señor gerente me adentre nuevamente en un ómnibus que habría de transportarme aproximadamente cinco metros. Debo recordarles que en ese momento me encontraba un tanto mareado por el golpe recibido en la parte trasera de mi cabeza, instantes antes de descender del avión, por lo que no me encontraba en un gran momento para razonar.

Pues bien, el ómnibus nos transportó esos ocho metros desde el avión hasta la puerta de las aduanas… por suerte había seguido al señor gerente, ya que él supo exactamente donde subir, para que luego fuésemos los primeros en bajar y así llegar primeros a la cola de aduanas. Por otro lado, en base a una sugerencia de mi buen señor gerente, no había despachado mi bolso (en mi primer viaje todavía no tenía una valija como la gente para llevar), por lo que luego de aduanas pudimos salir rápidamente del aeropuerto.

Aquí debo hacerles una recomendación… Si van a hacer un viaje de negocios llévense a alguien que tenga gran experiencia en el tema. Les puedo recomendar tanto al señor gerente como al señor vago. Esto lo digo porque si algo me quedo claro es que los Business Men no tienen tiempo que perder, por lo que hay que reducir los tiempos muertos a cero… Tengo mi teoría de que estos dos (a ellos nunca les dije lo que planteo ahora… pero no creo que lo vayan a leer así que lo digo tranquilo) se juntaron un día e hicieron un análisis de todos los puntos donde se podría ‘ahorrar’ tiempo. Fue así que aprendieron en qué llamado hay que acercarse a la puerta de embarques, que lograron resolver el acertijo de cuál de las ocho puertas del ómnibus hay que ocupar de forma de ser los primeros en bajar del mismo, que asientos del avión son los mejores para disminuir los tiempos de ascensos y descensos (siempre teniendo en cuenta encontrar los lugares adecuados para los bolsos i/o valijas), que compañías de remise son las mejores, cuáles son las calles menos transitadas según la hora… bueno… creo que me entienden.

Al salir del aeropuerto, nos hicimos de un remise que en lo que me pareció que fueron tres horas, nos llevó a la empresa donde habríamos de pasar nuestras jornadas laborales. Aquí hago otra confesión… si bien actualmente nos hemos vuelto muy unidos con el señor gerente y el señor vago, y vamos a todos lados juntos, nos reunimos todas las semanas a comer y charlar de nuestras familias, y todas esas cosas que la gente unida suele hacer, en ese momento, en ese remise, me sentí como en un ascensor. Hasta ahí había hablado con mi señor gerente unas dos veces y todavía no habíamos entrado en confianza.

Así que luego de varios comentarios míos acerca de lo loco del clima, lo linda que es esa ciudad, lo raro que estaba el tránsito, etc, etc, acepté mi derrota y me callé la boca. Es más… ahora que lo pienso, fue de esos pocos momentos en los que algo logró callarme… seguro que el señor gerente debe extrañar esos momentos de paz.

Llegamos a la empresa… ojo… por alguna razón que aún no he entendido, siempre que vamos en taxi o en remise, nos bajamos a una cuadra de la empresa. Quizá porque no queremos que sepan a donde vamos… quizá porque no sabemos bien la dirección… o quizá porque no queremos que en la empresa sepan en qué llegamos… pero bueno… nos bajamos a una cuadra.

Y el silencio fue nuevamente roto… mi señor gerente me preguntó… ¿Querés pasar por los Húngaros a comprar algo? Y yo pensé… ¿de qué me habla este señor? Resultó que hay muchísimos mercados de Húngaros en esa ciudad… muchísimos… ¡y la atención es tan pero tan buena! En ese momento conocí uno de estos mercados, donde la verdad preferiría no volver en mi vida (sobre todo luego de los sucesos acecidos en mi última visita al lugar… sucesos que no habré de contar por mi propio bien).

Entramos en la empresa… es un bunker… casi me revisan por si traía algún arma… ¡yo sabía que me tendría que haber afeitado y que no debía usar este turbante! Lindo lugar… después de que pasas por todos los catcheos… lindo lugar.

¡Por fin una cara conocida! ¡Acá está el vago!... y dos personas más… Me alegra de que seamos tan pocos en la oficina… así no tengo que recordar muchos nombres… solo con recordar los de estos dos chicos que son… ehm… bueno ta, no me acuerdo bien. El señor gerente me pidió que me siente al lado de él… ¡Qué lindo que va a ser este día!


Terminó la jornada… no fue tan larga ni tan pesada cómo creí que iba a ser. Nos estamos yendo con alguien que nunca antes vi para algún lado que desconozco… creo que es la primera vez en mi vida que he sabido tan poco de mi ‘estado’ actual. Digamos que lo único que sé es básicamente quien soy… no puedo dar ningún otro dato.

Brutal… después de caminar unas quince cuadras con mis bolsos (yo sé que son pocos días, pero tenía que traer ropa para usar en el trabajo y ropa para después del mismo… para cuando salgamos a bolichear) llegamos al apto… ta… el living está muy lindo… aunque tengo ganas de ir al sanitario y la verdad ni idea de donde es.

Bueno… luego de pedirles a mis queridos anfitriones, estos me mostraron el departamento… re lindo… aunque pareciera que falta un poco el aire. Me tiene sorprendido no encontrar ningún cartelito de ‘Este ambiente es 100% libre de humo de tabaco”.

Cuando volví al living, luego de lavarme la cara y después de atravesar una densa niebla que supongo se había colado por la ventana, me encontré con una situación ‘interesante’. Mis compañeritos estaban ambos con sus computadoras prendidas… supuse que estarían chateando o en Facebook. Pues no… me sorprendí al ver que seguían trabajando. Así que para no quedar desubicado, saqué la compu y me puse a trabajar. Re divertido… cortamos de trabajar como a la una de la mañana…

Ahí lo comprendí, toda la ropa que había llevado para las salidas que íbamos a hacer iba a volver igualita a cómo había ido. Pero todavía me quedaba una pequeña esperanza… siempre que he ido a esa ciudad, he deseado con todas las fuerzas ver a un grande haciendo su programa… no me refiero a Tinelli, sino que a Alejandro Dolina. He tenido la suerte de verlo un par de veces, pero siendo que esta vez iba tantos días hábiles iba a tener la posibilidad de verlo todas las noches… ¡que alegre me tenía esta situación!

Y así fue que la segunda noche, cuando en un rapto de locura cortamos diez minutos de trabajar y fuimos a Frodo a comprar helados, les dije “chicos… ¿qué les parece si vamos a ver a Ale Dolina hoy?”. Todavía tengo grabadas en mis retinas verdes las caras que me pusieron ante mi pregunta… y yo que pensaba que eran gente culta… pero no saber quién es ese grande de los grandes…

Mis sueños estaban totalmente destruidos… no habría de salir en las noches a ‘romperla’… no habría de ver a Dolina… y no era lo único que estaba destruido, también tenía destruida mi espalda ya que el hermoso colchoncito que me dieron para dormir es tan pero tan hermoso…

Yo no estoy muy seguro de qué material está hecho… pero si me dijeran que tiene pedregullo adentro yo les creería… ah… pedregullo y pinchos. Es muy raro… entre que sentía que estaba durmiendo arriba de una roca y que me hacían acupuntura toda la noche… la verdad… la pasé ‘bomba’.

Ta… quiero hacer una aclaración extra texto, así no dicen que soy un ingrato. Luego de 18 días yendo al mismo apartamento por las mismas razones, me dieron un colchón de este siglo para que durmiera las últimas dos noches que he estado allá. Mucho mejor… un poco blando si puedo hacer una puntualización… un poco mucho. Quizá la próxima que vaya ponga el colchón de pedregullo y pinchos debajo del colchón hecho de pompas de jabón, así más o menos puedo dormir.

Creo que podría decir alguna cosa más de estas lindas que estoy diciendo, de estos hermosos recuerdos que me vienen a la cabeza… pero estoy muy dormido ya y quizá no se vea la belleza de lo que digo.

Así que ta… hace un año que estoy en esta empresa… donde mi patrún es un crá, donde un señor gerente me adoptó como vaya uno a saber qué (aunque la palabra mascota se me viene a la cabeza…), donde conviví con un vago al que le tenía que hacer el desayuno, corregir la tésis, lustrar los zapatos, con quien no podía dormir porque mi presencia no era de su gusto por lo que todas las noches tenía que llevar mis cosas cual vagabundo al living del apartamento, para todas las mañanas volver a ordenar todo para que ninguno de los patrones se fuera a quejar y me llegare a castigar.

De verdad, ha sido todo un gusto llegar a este año… un gusto y un esfuerzo también. Esperemos esta vez superar mi record de tiempo trabajado… eso si que va a estar lindazo.

Un saludo para todos los que me conocen,

Un halconcito con demasiados patrunes.

miércoles, 15 de junio de 2011

¿Por qué razón prefiero ver ‘Lo que el viento se llevó’ antes que cualquier partido de fútbol?


En el día de hoy no voy a decir nada nuevo, simplemente me voy a dedicar a decir cosas que ya se han dicho antes. Confieso que estoy un poco molesto. Se preguntaran ustedes mis querido lectores por la razón, y esta es muy simple… estuve con mi viejo viendo un partido de fútbol de su equipo, que según él sigue siendo el mío, y me enojé con el juego, los jueces, la tecnología y los comentaristas objetivos (ya que en ese canal ya no hay relatores).

La verdad que me sentí bastante frustrado viendo ese partido, no por los cuadros que jugaban ni por el juego, sino porque el fútbol… que fue descubierto por el siglo XIX… sigue siendo del siglo XIX. Yo propondría lo siguiente, o lo actualizamos a una versión más actual o lo reafirmamos cómo deporte de ese siglo.

Por tirar algunas ideas, propongo que a un jugador del cuadro perdedor lo cuelguen en el medio del campo deportivo… también podría ser que el cuadro vencedor tenga como derecho, y por una noche, el de poseer a las esposas de los jugadores del otro cuadro… también, y esta particularmente es la que votaría yo, eliminar las tarjetas amarillas y rojas y en su lugar darle el derecho al juez de propinarle una golpiza al jugador a amonestar (a modo de amarilla) o decapitar con una katana al mismo (en caso de que quiera eliminarlo de la cancha).

Pero, ¿por qué razón me molesta que el football se siga jugando como se jugaba en el siglo pasado del siglo pasado? En primer lugar, porque las reglas del fútbol parecieran ser bastante precisas, estrictas e incluso me resulta a mí que no tienen lo que en Lost aprendí que se llama ‘loophole’.

Primero que nada, que el juego se siga manejando primordialmente por la subjetividad de tres tipos que se la tiran de jueces, me parece mediocre. Creo que hoy en día un fulbito en la playa tiene menos subjetividades que esto. Estoy casi seguro que con un poco de tiempo muerto, paciencia y muchas ganas, podría construir con lo que tengo en mi casa tres dispositivos que ayudarían a que el 90% de las reglas del fútbol se cumplieran sin necesidad de recurrir a un ser humano y sus defectos.

Pero esto no lo pido para que podamos dejar de decir ‘uh… ¡siempre nos roban estos!’ o ‘este juez siempre nos hace lo mismo’. No, lo que pretendería con esto es que se minimicen las quejas que tanto jugadores, como personal de los equipos o cualquier persona con algo de ‘poder de convocatoria’ realizan dentro y fuera de la cancha. Quizá esto disminuiría paralelamente los disturbios de las masas ignorantes.

A su vez, y no me parece poco, haría que el deporte más popular (con el que crecen la mayoría de los bajitos y de donde estos toman muchas enseñanzas) fuese más justo. ¡Qué lindo sería que en vez de ‘traiciones’ y ‘mentiras’, hubieran lealtad, honor y se recordara lo que significaba ‘la palabra’.

Si, lo sé… muchos de ustedes estarán diciendo ‘Halcón, esto es un juego de machos... no están jugando a las muñecas’. Si vos sos alguien que sería capaz de decir algo así, te cuento que me das mucha pena, lo lamento pero es así. También te digo, que si la idea es justamente esa, entonces voto por mi plan B, mencionado antes, y yo diría que la indumentaria deportiva de cualquier jugador debería incluir una Maza o un Garrote con clavos y así convertimos a nuestros jugadores en verdaderos gladiadores, y nos dejamos de pavadas con el pastito… ¡CONSTRUYAMOS NUEVAMENTE ARENAS!

Uh… me fui. Bueno… lo que decía… yo me alejé un poco de la práctica del fútbol porque me tenía un poco cansado y me dediqué por un tiempo a otro ‘deporte’ (que en realidad no es un deporte… pero por el bien de este texto lo incluiremos así). Este otro ‘deporte’ justamente me enseñó que efectivamente existe lo que yo busco… ¡Gente, podemos lograr que el deporte número uno del mundo pueda ser además de atrapante y divertido, algo justo! Comentario aparte, ese otro ‘deporte’ también me terminó de enseñar que donde algo dependa de un ser humano, va a haber injusticia y no habrá mayor cantidad de lealtad… sea cual sea la práctica.

Otro punto que me tiene mal, es que por alguna razón el fútbol tiene que ser relatado y comentado por ‘eruditos’. Hubo una época en la que mi odio iba todo para un tal JC y su Romario, pero debo confesar que los mal nacidos que habitan el canal FoxSports (que por suerte ahora está su versión en HD) se han ganado más que mi ira… diría que se ganaron mi ira y mi desprecio (poderosos aliados).

Porque si algún ingrediente le faltaba al fútbol para generar más violencia era una serie de, insisto con este término, ‘eruditos’ que le agregan a este deporte aún mayor subjetividad, convencidos de que su aplicación de la tecnología al fútbol ayuda. Por ponerme de ejemplo, hoy los hubiera prendido fuego… eso si hubiese aprendido a hacer fuegos en mi época de niño explorador.

La verdad tengo claro que esto no va a cambiar, pero también tengo claro que cuando se dice que existe violencia en el fútbol y buscan a los responsables, deberían también buscar por estos últimos en los organizadores de este deporte. Porque me parece a mí que encerrar 60.000 personas en un estadio a ver un despliegue enorme de violencia, deslealtad y falta de honor, sumarle a esto la injusticia así como también algunos eruditos que no saben de lo que hablan, me da un total de disturbios generalizados, vidrieras rotas, turistas lastimados, and so on.

Entonces… ¿es tan loco que agreguemos lo poco que le falta a este deporte para ser completamente bárbaro o cambiarlo un poco para que pertenezca al siglo en el que vivimos? Porque cuando las justas se definen en la arena toda la plebe se va feliz… cuando los partidos son justos, nadie se va triste a su hogar.

Esto es simplemente mi opinión, tan objetiva como la de cualquier erudito.

¡Que gane el mejor y empaten los iguales!

JH.

miércoles, 8 de junio de 2011

Mi primer vuelo

Quizá este título es un tanto confuso… pero intitular este nuevo texto ‘Mi primera vez’ iba a quedar aún más confuso. Este texto se ha gestado en los últimos meses, ya que por primera vez en su vida, a los 27 años, este halcón voló en avión.

¡Qué experiencia! Mala, muy mala… pero ¡qué experiencia!

Debo retroceder unos metros en mi vida para que se pueda comprender mejor lo que he vivido. Si habéis leído la mayor parte de mi ‘obra’ podréis deducir que mi familia es como mínimo ‘extraña’. En los últimos años recuerdo al menos tres eventos importantes, en los que alguno de los integrantes de la misma se fue de viaje.

Estos fueron, primero mi prima al norte, luego mi primo al noreste y por último mi vieja… pero desconozco muy bien a dónde. En las tres ocasiones mi familia llenó el aeropuerto antes y durante el despegue. Hubo llantos y abrazos, cantos y gritos, eso que a veces se llama ‘amor’. En estas despedidas, no pude dejar de imaginar ese primer viaje, ese ansiado momento en el que Yo iba finalmente a salir de este (es mentira, en estos momentos este es ese) país de mierda (aunque este y ese son bastante parecidos en eso), soñé en los abrazos y los cantos, imaginé las palabras que iba a decir.

Recuerdo todavía como creía saber que ese iba a ser el momento en que finalmente supiera quienes me aman en esta vida y quienes son indiferentes a mi vida y muerte. Pues bien… creo que encontré la respuesta… pero la dejo para más adelante.

Sucedió un viernes allá por Abril, cuando la vieja halcona seguía de viaje y el viejo halcón volaba poco aún debido a su pequeño desliz con esa camioneta, que vino mi patrún y me dijo ‘Joven Halcón, tenemos que hablar’. Yo abrí las alas y me dirigí raudo y veloz de mi oficina a la del patrún. Básicamente quería informarme que habría de viajar el martes por la mañana, si yo no encontraba ninguna razón de peso para no hacerlo.

Y así fue que surgía, sin que yo lo planeara ni lo previera, mi primer viaje en avión al exterior. Saldría para esta ciudad en la que me encuentro ese martes a las 8am...

Me levanté muy nervioso, armé todo lo que precisaba… como no sabía si iba a sobrevivir o no, había ordenado todos mis papeles y borrado toda esa evidencia, que si salía de forma póstuma podría dejarles una imagen mía que yo realmente no quería.

6.30am… un remise me espera en la puerta. Es Juan, el remisero. El será el verdugo que ejecutará mi sentencia y me abandonará en el nuevo y precioso aeropuerto, donde mi destino terminará de sellarse. 7.30am… he arribado al aeropuerto… estoy solo… tengo miedo.

7.35am… llegó el gerente… quien pidió que yo fuera (yo o cualquier otro como yo)… tengo más miedo. No lo conozco mucho, solo trabajé algunos días con el… ¿mi destino se definirá con gente que desconozco?

7.47am… estoy en el mismo punto donde estuvieron mi prima, mi primo y hace poco mi madre. Estoy solo… nadie me dice ‘te queremos sparrow te queremos’ o ‘sparrow no se va, no se va, sparrow no se va’. Nada… ni grillos, ya que este es un lugar muy pulcro. Solo bellas pantallas, propagandas vistosas y gente que nunca vi. Confirmado… nadie me ha venido a saludar.

Días más tarde habría de descubrir que pocos sabían que no estaba en el país y aún menos estaban interesados en eso.

Lo último que guardé en el bolso, fue un frasco de Head & Shoulders que hacía muy poco había comprado. Fue la primera baja de esta guerra… al parecer es peligroso lavarle el pelo al piloto con un shampoo de marca… que se yo.

Cuestión que luego de perder el shampoo, luego de desvestirme y quitarme todos los metales de encima (incluso la chapita que llevo al cuello con mi nombre y el teléfono de contacto de mi familia), llegó el momento de pasar por ‘aduanas’ y luego ver lo que pocos ven… el ‘free shop del aeropuerto’.

Lo dicho… un lugar precioso de ver… pero solo ver. Pensé en comprarme un chicle pero después recordé que esa semana tenía que comer… así que pasé un nivel más, fui a la sala de espera.

Momentos más tarde llegaría el sumun, el climax de esa mañana… subiría a un bus que me llevaría al avión. Esto fue algo que me resultó extraño, pero como el señor gerente estaba conforme con la situación, no me sorprendí. Al rato de estar parados como unos boludos en ese bus, el mismo arrancó y nos dejó al lado de una avioneta.

Re linda era la avioneta, tanto que me la quedé mirando. Era un poco más chica que la de Lex en Smallville, o similar a la de Tony Stark. Lo que me resultó extraño es que en el mismo se leyera el nombre de la empresa en la que viajaba. Algo no estaba bien.

Luego de unos instantes lo comprendí, la avioneta era el avión prometido, esa avioneta albergaría mi primer vuelo (y de no tener mucha suerte, el último). Entramos… me tocó pasillo… al lado mío otro desconocido… bueno, decir ‘al lado mío’ en este caso es un eufemismo. Podría decir lo mismo de las otras doscientos noventa y ocho personas que viajaban en ese avión conmigo.

Una lata de sardinas es más amplia y espaciosa que esa plumita que surca los aires.

He aquí mi primera gran observación. Por el tiempo que dure el viaje, por el tiempo que esa lata este en el aire, nuestra vida no es nuestra vida. Diría más bien que es un ‘pool’ de vidas, que pasan a ser una. Nadie tiene sucesos personales o particulares en un avión (salvo los afortunados que la ponen en los aires… pero tampoco se cuan deseable es esa situación).

Si a diez personas con la misma capacidad de expresión y que hayan viajado en el mismo avión, les pedís que te hagan un recuento de su vida desde que subieron al avión y hasta que bajaron, es más que probable que te digan exactamente lo mismo.

Gente, por ese rato me temo que aunque no nos guste, somos uno. Así que ‘aguita, aguita’, lo mejor sería ponerse al menos a hablar con quién esté en nuestro entorno. Si, ya se, nunca más volveremos a hablar, ¿quién querría? Pero, ¿no deberíamos saber quién está a nuestro lado arriesgando su vida, así como nosotros?

La avioneta se pone en marcha… ya llega el primer anuncio. Creo que es de destacar que el vuelo no habría de durar más de cuarenta y cinco minutos. Una aeromoza nos recibe con palabras agradables… casi como las de un cura al final del camino (¿conicidencia?). Nos da la bienvenida y nos solicita abrocharnos los cinturones. Después noto algo interesante, luego del breve discurso de bienvenida, esa azafata intenta dar el mismo mensaje pero en ingles… ella no tiene ni la más puta idea de los que es el inglés (nada importante, consideré en ese momento).

Ya estamos a punto de carretear, minutos me separan de entrar en ese pool de vidas…

La misma aeromoza nos cuenta cuantas salidas tiene la avioneta, cuantos baños, dormitorios, patio, cochera, cómo vomitar correctamente, que hacer en caso de ‘amerizar’. Yo levanto la mano para preguntarle que mierda significa ‘amerizar’, pero al parecer no era ese el momento de las preguntas… igual a nadie más pareció surgirle la misma duda.

¡Ojo! Por los dibujitos de un cartón que encontré en el asiento, y como lo que dijo es que en caso de ‘eso’ tomemos el asiento ya que el mismo flota, asumí que tenía algo que ver con el agua. Igual me parece muchísima información para asimilarla en tan poco tiempo:
  • El avión puede amerizar… que lo tomaremos como aterrizar en el agua, partirse en dos y terminar en el agua o alguna cosa que tenga que ver con el agua.
  • Parte del asiento, o el todo, flota. Así que si la telita esta que me sostiene al asiento, y que parece menos seguro que el cinturón de seguridad de mi auto que es del año 80’, me aguanta en caso de amerizar, yo tendré que tomar una llave inglesa que tengo… ah, no... la llave me la sacaron en el detector de metales junto con el Head & Shoulders.
  • Bueno, con los dientes tendré que desarmar el asiento mientras el avión se hunde o cae libremente por los aires, para quedarme con la parte que flota… mmm… supongo que tendré que aplicar ensayo y error para saber cuál es la parte que flota.
  • Por último, si en caso de que algo pase tengo que seguir las instrucciones de la tripulación, ¿para qué me adelantan esto? ¿Será que me lo adelantan porque en medio de los gritos, los llantos, la sangre y la devastación, debe ser un tanto difícil escuchar si lo que flota es la revista del free shop o el cinturón de seguridad? ¿Por qué no mejor nos dicen cómo mierda sacar el puto asiento y listo?
No me van mucho las teorías conspiratorias, pero acá algo huele raro… y dado que el avión no tiene ventanas, espero que sea mi imaginación. ¡Puta! Me distraje y me perdí lo que estaba hablando. ¡Bien! Al parecer hay un bis en el que repiten todo en… ¿eso es inglés de nuevo? Evidentemente en esta compañía no es necesario tener el FCE para poder acceder al puesto de aeromoza. También deduzco que solo viajan persona de habla hispana, porque si no habría alguno con cara de ‘¿y esta india en que idioma habla?’.

Estamos carreteando… ¿se dice así? ¿Carreteando? Que poco glam esa palabra. Che… ¿acá también hay pozos? ¿Soy yo o mientras carreteamos el avión pega contra cosas? Le agarro la mano a la persona que tengo a mi lado, que me mira con cara de ‘es tu primera vez, ¿no?’.

¡Vuelo, vuelo! La libertad… así se debe sentir.

Otro anuncio… al parecer puedo desayunar en el avión… rectifico… al parecer puedo comer un tentempié en el avión, si decido dejar el título de propiedad de la casa de mis padres como parte de pago, y financiar lo que falte pagar a veinte años...

No, estoy bien, gracias. Por suerte comí livianito anoche, así que casi que no me estoy muriendo de hambre.

Opa… otro anuncio… ¡hay un free shop abordo! Me paro, lo busco… no encuentro nada. Mmm… ¿no es un poco presuntuoso decirle a un carrito que pasa por el ‘pasillito’ con algunos artículos ‘free shop’?

No me decido rápido y la oportunidad se pasa… es en estos viajes que comprendí que al parecer en los free shops hay que estar decidido a comprar lo que tenés que comprar y hacerlo. Somos gentes de negocios, no podemos dudar, no podemos demorar… hay que obrar…

Se fue el carrito… y habían unas lapiceras re lindas a 200 dólares (lo más barato) que me venían bárbaro para regalar y que incluso venían con un llavero de regalo… increíble la suerte que hubiera tenido si lo llegaba a comprar.

Bien… por fin llega la tranquilidad. Ah, no… otro anuncio. ¿Estamos por llegar? Puta madre… y yo que todavía no pude pensar nada acerca de los viajes en avión. No llegué ni a analizar mis sentimientos.

¡Mi loquero se va a enojar conmigo!

Bueno… todavía tiene que aterrizar… que aterrice… que aterrice…

¿A eso le llamas aterrizar? Yo le llamaría mejor chocar contra el piso…

Puta… acá hay tantos baches como en casa… que pena que la gente no cuide las pistas de aterrizaje.

Ahora que lo pienso… yo despegué en una pista de aterrizaje. ¿Son también pistas de despegue?

¡Pero la re puta! Otro anuncio más. Al parecer ahora podemos pararnos… pero nos recomendaron tener mucho cuidado al abrir los compartimientos de los bolsos ya que cosas malas pueden pasar… que exagerados que son algunos…

¡PUM!

Mirá el viejito de mierda ese como me destrozo la cabeza con la puertita. Al final la azafata tenía razón. Uh… recién me doy cuenta… mi vida es otra vez más mi vida…

Y ahora… a trabajar… no sé a dónde… no se con quién…

Pero, ¿qué más puedo decir acerca de volar?

Creo que es algo muy personal cómo se vive, muchos lo sufren, otros ni se dan cuenta. Lo que sí creo, es que te importe mucho o poco, temas por tu vida o no, una vez que tomaste la decisión de volar, una vez que ese avión carreteó y despegó sus patitas del piso… tu vida ya no es tu vida y preocuparte o no, no va a hacer la diferencia.

Así que, lo mejor que podemos hacer es cerrar los ojos y sentir el vuelo, aceptar lo bueno que puede tener y reir.

Me voy… mañana va a ser un día muy largo…

Abrazos de gol.

miércoles, 1 de junio de 2011

A ti te entregamos el cielo y los aires otrora volados

Henos aquí reunidos una vez más, disfrutando de lo que nos une, la comida y la bebida… Pero hoy hay algo distinto, hoy no estoy solo. Por primera vez desde que arranqué a volar por estos lados, escribo un texto en conjunto con alguien más. Hoy invité a mi querido hermano Halcón Negro (BlackHawk), para que juntos le dedicáramos algunas palabras a alguien muy especial… se podría decir incluso… de capacidades diferentes.

La fecha de publicación de este texto será el 2 de junio del 2011 (aunque por el sueño que tengo, quizá me adelante unos minutos a la fecha) y el por qué de esta publicación es algo muy sencillo, hoy cumple unos veinti poco nuestra querida y amada madre. Hace un tiempo escribí un texto acerca de nuestro viejo y su lucha en la vida y para no ser menos, hoy vamos con más fuerza parar lograr un homenaje, en el peor de los casos, igual al anterior para nuestra vieja.

Quizá porque hace tiempo que no escribimos (sí… aunque parezca loco… en esta casa todos escribimos… como el culo… pero todos… escribimos… todos), o porque a veces es difícil homenajear, o quizá porque con mi hermano somos como dos polos de una moneda, o quizás porque no soy un gran artista puedo decir tu pintura (homenaje) está lista y darte orgulloso este mamarracho… es que este texto viene un tanto complicado.

Así que bueno… resumiendo lo dicho, nuestra madre es un ser muy especial y la queremos mucho.

¡¡Feliz cumpleaños pequeña Casssss!!



BH: ¡Bo! Imbécil… ¿no ves que mamá se merece algo mejor que la porquería que escribiste?

SH: Sí, ta… ya se black… pero se me está complicando. ¡Es difícil! De papá podía decir que es tranquilo y bueno… que es un eufemismo de ‘un pelotudo enorme’… pero de mamá no puedo… ¡No puedo!

BH: Pasa que para vos siempre fue ‘Mamita’ con mayúscula y claro… al final te quedaste con todo su amor porque siempre fuiste un alcahuete con ella (n del r: se quitaron las palabras soeces para que este texto fuera apto todo público)

SH: ¿Yóó? ¿Y vos que te pensás? Siempre fuiste el preferido… todos lo saben… y mientras vos te fuiste y Ambos te extrañaban y querían vivir con vos y la loquera… yo tuve que aguantar sus quejas de ‘hay… ¿qué pasa que BH no llama?’ o ‘¿Por qué no vamos a comer hoy a la casa de nuestro hijo?’ ¿No te conté del texto mío que copió mamá en su blog y que en la introducción puso ‘este texto lo escribió mi otro hijo’? ¡Yo soy el otro!

BH: Pará…no mezcles las cosas…primero que nada, yo llegué primero al mundo y de ahí que tengo acumulados dos años más de cariño que hacen que parezca como que a mí me quieren más…pero a tu edad me querían de la misma forma que a vos ahora…

SH: Black… ¿te estás drogando? Lo que acabas de decir es terrible pelotudez… aunque confieso que me dan ganas de escribir un texto acerca de ‘La exponencialidad del amor y el favoritismo en los hijos’…

BH: Podés no distraerte Sparrow…nada de escribir otro texto… ¡tenés que hacer algo que haga llorar a mamá! Siguiendo con lo que decía, y no vuelvas a interrumpirme pendejo, ya sabés como es en casa… cuando vienen a limpiar queda muy lindo para que venga gente… y ta… aparte está la perra… y pusimos el piso… y ta… por lo general tengo que separar la ropa blanca de la de color…

SH: Si, ta… no te preocupes… me queda clarísimo…

BH: Bueno… ¿Qué decís pendejo? Tendríamos que escribirle algo más, ¿no? Nunca sabes… capaz que la dejamos contenta y todo.

SH: Yo que sé… no niego que cuando se Me ocurrió esto de escribirle un texto consideré que era una buena idea. Pero ahora realmente no sé de qué mierda hablar… ¿De qué hablamos blacky?

BH: No sé tarado… yo solo pude escribir un texto en mi vida acerca de Marilyn Manson y quedé re contento… más no me pidas…

SH: Siii… seguro… no te olvides con quién estás hablando sorete. Si bien no comparto todo lo que escribís, tengo muy claro que hay mucho más aparte de lo de Manson… si no querés escribir porque te embola decilo y no trates de quedar bien.

BH: …Como decía… creo que vos te las podés ingeniar… no sé, decí algo de que es cómica, que nos dio todo lo que tuvo a su alcance, que siempre fuimos lo primero, digamos, en su lista de ‘prioridades’, que es cariñosa, que siempre priorizó nuestro bienestar al suyo…algo así.

SH: Ahhh… dale… ahora sí… que le gustan los perros, que es buena vecina, que te hace descuentos en tu primera escritura, que le gusta viajar… buenísimo negro… ¡vos sí que sos terrible ayuda!

BH: Ahí va… me estás entendiendo…

SH: Eso fue ironía.

BH: Lo mío también…

SH: Loco… siempre lo mismo contigo… ¡con esa actitud, este texto va a terminar siendo una mierda y mamá va a llorar de pena por ella misma!

BH: ¡Que llena huevos! Da… dame la máquina que yo sigo.

SH: Mmm… mejor dictame y yo escribo… yo se usar mejor la máquina.

BH: Es un Windows…

SH: Ta…pero mi notebook es… emm… más difícil de usar que tu pc.

BH: No cambias más, ¿no? Me re pudrí de este texto de mierda, de vos y de tu computadora. Me voy a al mierda.

SH: Ta…gracias negro… Siempre se tiene que hacer lo que vos querés, ¿no? ¡Me mandas a la guerra con un tenedor y me puteas por no sonreir!

SH: ¿Black?

SH: ¿Blackhawk?

SH: …Bue… yo escribo algo… ¡pero después no me jodas! Escribo lo que me salga y ta…



A mi mamita, salvo la vida, la plata y un montón de otras cosas, todo

¿Qué decir de mamá? Hablando en serio, me cuesta mucho. Quizá ella no lo sabe, pero me siento quizá la persona que más la conoce y comprende… ¿por qué? Porque mal que nos pese, somos iguales…

No hace tanto que camino esta tierra… en este tiempo he visto muchas cosas, pero pocas veces una madre como mi vieja. Ella siempre ha sido una persona con una increíble capacidad para reir, contrastada con sus sentimientos tan profundos y sensibilidad a flor de piel. Siempre nos dio todo, pero siempre nos puso límites. Cuando recordamos nuestros primeros años con el negro, nos es difícil pensar en momentos feos o malos.

Hace unos días recordaba un chiste, o una frase, o algo que una vez escuché. Era, supongo yo, una madre que decía que cuando una dama se convierte en madre tiene que decidir… por un lado, dedicarse a su carrera profesional y terminar teniendo hijos que quieren más a Lupe (la empleada que los crió) como madre que a ella misma… o por el otro lado optar por criar a sus hijos, siendo amada por ellos, pero asimismo siendo superada a los 10 años en su capacidad intelectual.

Y el día que recordaba este razonamiento tan ‘divertido’, pensaba ‘¿cómo habrá hecho mamá para ser nuestra madre, para ganarse todo nuestro cariño, respeto y amor, siendo que también se dedicó a su carrera profesional?’. 

Ella de alguna forma lo logró… estudió una carrera, se recibió y se destacó… pero como tantas cosas en nuestra vida, mostró su dualidad, y terminó siendo odiada (la carrera… no mi madre… creo). Porque así como yo, mi vieja se dedicó a algo y dejó por el camino otra carrera, aquella en la que nadie cree, aquella de la que dicen que no se puede hacer una vida, pero aquella que al menos a nosotros nos llena y gratifica… la carrera artística.

Y ahí llegaron los arreglos florales…y puff… ¡qué lindos arreglos! Toda la casa llena de ellos… y para mí era toda una alegría. Estando en una de las peores épocas de mi alergia, no podía más que alegrarme de que mi vieja quisiera curarme de la misma en base a atacarme todos los días de la misma… por que sí mamá… esas esponjas verdes me dan alergia… más que la cera de piso.

Pero bueno… un día las esponjas se fueron y las tres toneladas de flores secas que tan lindas eran (e incluían material ‘tomado’ de tantos cumpleaños de quince y casamientos) desaparecieron y patapuf… si bien pensábamos que la crisis de los diecinueve había terminado, mamá nos demostró que éramos unos tontuelos.

Porque allí llegaron los pinceles y las flores… y wiiii… si te quedabas parado te pintaba una flor en donde fuera… ¡que lindas flores! Justo los otros días se puso a pintar de nuevo y… ta… pintó flores.

Y sucedió que un día cometí uno de los errores que más lamentaré en mi vida… no fue abandonar una carrera ‘casi’ terminada… no fue ser tan idiota durante tantos años… no fue confiar en las personas que confié tan erróneamente… noooo… fue explicarle cómo prender una computadora.

Ahí empezó una historia que aún no ha terminado (pero que terminará de golpe si al volver al país encuentro que mi hermosa computadora sufrió algún tipo de maltrato), historia que básicamente cuenta la gran capacidad de mamá para destruir la computadora que tenga adelante. Y así fue que un día le dije ‘Mami, te traje este folleto acerca de cursos de informática. Para mi tendrías que hacer un curso de internet para mejorar tus web soft skills’. Y así fue como a los meses arrancó en ese mismo instituto un curso de diseño de interiores (como se nota, es muy influenciable por mí).

¡¡Que lindas maquetas!! Ta...la casa siguió siendo un despelote…pero supongo que en el curso vieron algún tipo de criterio de diseño llamado ‘caos’ que la dejó re tranquila. Y si bien esa carrera de momento quedó pausada mi vieja siguió yendo por su camino.

Y por ese camino y no recuerdo muy bien cómo…empezó la locura de los blogs. Comenzó a viajar por el mundo electrónico, conoció gentes y más gentes, se unió a grupos, creó personajes dentro de sus personajes y se comentó a si misma publicaciones para darse mayor publicidad (si…a los que tenían la duda de en qué nos parecemos… esta esquizofrenia es claramente compartida).

Y así fue que este año soñó un viaje, lo planeó y lo realizó. Fue sola allá donde nunca había ido y dejó boquiabiertos a muchos de los más incrédulos. Pero apostó por eso y lo logró. ¡Y no es menor que haya vuelto sana y salva (al menos lo sana y lo salva que estaba antes del viaje)!

Nuestra querida vieja… y ella piensa que logró poco… Pero aquí nos ven, sus dos hijos agarrándonos de los pelos por escribir unas palabras que la dejen contenta (y si esto no es amor, ¿qué lo es señores?), hijos que están más unidos que nunca. Un esposo que si bien se pasa lesionado, la quiere más que a nadie y daría todo (lo que le va quedando… poquito… poquito) para que ella sea feliz.

Y hay momentos difíciles, momentos duros, pero c’est la vie. Con mi vieja hemos pasado por momentos complicados, quizá por mi culpa, pero creo que estamos mejor que nunca. En gran parte porque la dejé conocerme un poco más y ser parte de mi vida.

Recuerdo cómo se reían mis amigos de su interpretación de una papa o de un helecho… sigo sin entender como lo hizo, pero si lo hizo quiere decir que también somos parecidos en eso… ambos grandes actores.

Estando de viaje por trabajo y con mucho sueño, no soy capaz de agregar mucho más…y espero que esto sea tan bueno como lo pensé. Espero que encuentre en estas palabras el sustento que precisa para seguir peleándola… quizá con un poco más de fuerza. Mi hermano dijo que ella siempre nos priorizó. Pero fue más que eso, siempre nos amó y siempre nos va a amar, pese a que nosotros seamos unos ingratos de mierda.

Dicen que la familia no puede elegirse… pero me cuesta creer que de elegir podría elegir un padre mejor, un hermano más compañero y una madre tan madre como ella… una mente tan complicada como la mía.

Madre… te seguiremos apoyando en tus locuras, seguiremos amándote de la forma que lo hacemos, oculta y sin publicidad, pero pura y cristalina.

Mientras otros soñarán eternamente con volar… pocos vuelan como tú y tú lo haces hace años…

Siempre serás nuestra madre preferida.

Tus jóvenes halcones.