sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Por qué tenemos un perro (o un gato en el caso de mi amiga Any)?


Aquí llega una nueva entrega de esta saga exclusiva donde me dedico a desarrollar los intríngulis más profundos que existen y existirán. Les aviso a todos que “todo concluye al fin”, por lo que esta vendría siendo una de las últimas entregas de los “por qué”. Encontrándome en este momento en lo que puedo describir como un estado de quemazón total por una suma de pelotudeces que colmaron el vaso y desbordaron mi paciencia, he decidido escribir sobre terrible pelotudez.

El día de ayer tuve el agrado de leerle uno de mis primeros post a una tía y la verdad me sorprendí riéndome mucho con lo que había escrito, fue una experiencia interesante (nota del escritor: esto fue escrito el día viernes). Creo que por un segundo pude ver lo que ustedes ven en mi…y viéndolo yo mismo de mi mismo fue algo muy mágico porque me hizo sentir absolutamente superior al mundo. Pero bueno…eso no me ayudó a conseguir las cuatro cosas que quería hoy…si…cuatro!

Bien…mientras puteaba al mundo y al puto universo por estas cuatro putas cosas que fueron no-dándose durante el correr del día, me puse a pensar... ¿Qué mierda puedo hacer para sacarme la calentura? Seguro que seguir el relato más importante que he escrito hasta ahora (probablemente el próximo post…resérvense una horita para leerlo y media hora para llorar) no era una opción ya que no iba a continuar por el mismo camino que iba.

Así que decidí escribir alguna pedorrada que me quedara en el tintero y así tirarles a ustedes, de una forma subliminal (que debido a sus capacidades diferentes no podrán registrar…tengo una botellita de medio y medio lista para ti Any así no me pides que les pida disculpas por este nuevo agravio), cuanta mierda pueda y de esta forma, sentirme sumamente aliviado y disfrutar del resto del día y del fin de semana por completo.

Bien…entonces… ¿Por qué tenemos un perro/gato? Porque somos pelotudos y pensamos que un animalito sin cerebro nos quiere, nos entiende y esto nos hace felices.

Muchas gracias por visitarme,

Gavilán

PD: Quise hacer este post más corto que el resto y por eso intenté no explayarme en la respuesta a una 
pregunta tan importante. Pero bien…me parece que debería hacer alguna aclaración y que mejor lugar que en una Post-Data.

En mis breves años de existencia, aún más breves de persona, he estudiado mucho el comportamiento humano (lo que denota la soledad en la que he vivido). Y hay algo que hace un tiempo me pegó como otro de esos “despertares” que yo tengo… el llegar a esta conclusión me impactó en lo más profundo.

Lo que vi en ese momento es que sí, a nosotros los humanos nos encanta que nos mimen, que nos acaricien, etc, etc…pero lo que me impactó es que asimismo, y por alguna razón que desconozco (endorfinas, mezcalina, o alguna cosa así que no sé ni que es), también tenemos una necesidad de acariciar y mimar a otros. Es así que disfrutamos mimando a otro ser humano, quizá muchas veces sin ser mimado uno.

Esto no llega a responder el por qué de mi pregunta inicial…pero ya voy, ya voy! Otra conclusión de mis estudios es que si bien nos llenamos la boca con palabras como “libre albedrío”, “libertad” y cosas del estilo, en lo profundo somos seres sumamente déspotas, que queremos ser dueños de los que nos rodean, que queremos decidir sus destinos y que queremos que se desvivan por nosotros (no yo, yo soy superior, hablo de ustedes, de vos).

En este sentido, es que la pareja es algo absolutamente nefasto para un ser, ya que existe esa tontería de “decidir por uno mismo” y cosas así. Es por esto que en última instancia y los más osados (o tontos) deciden tener hijos. ¿Por qué? Porque un hijo/a es un ser que debería amarnos simplemente porque fue creado a imagen y semejanza de uno, porque uno le dio la vida (y porque uno debería poder quitársela de ser necesario, ¿no?).

Pero aquí el problema mayor…una criaturita nos sirve para tener este tipo de interacciones con otro ser, para mimar y ser mimado, hasta cierto momento. En determinado momento, para la mayoría los 9 años, para otros los 25 (no se me ocurren ejemplos de esto último), esta relación ya no es posible. Y aquí lo jodido de todo, es como comprarse un artilugio de tele-shopping que te dicen que dura toda la vida y tan solo te dura promedio 12 años. ¿Qué hacemos ahora? Tener más hijos podría ser una opción, pero la biología y la economía se encargan de que esto no sea posible.

Es aquí que recurrimos a aquello que es “jugarle a lo seguro”. Acudimos a un animal, de capacidades sumamente inferiores, que si bien es un asco, si bien ensucia todo, si bien rompe todo y si bien en algunos casos hasta es insoportable, de todas formas es “leal”. En si esta lealtad no es otra cosa que esclavitud. Mientras haya comida y agua, el bicho en cuestión obedecerá todas las normas que quepan en su pequeño cerebro.

Pero sobre todo, este bicho nos mimará como nadie, nos esperará todos los días como si no hubiésemos llegado el día anterior a la misma hora (o son grandes actores o realmente no tienen memoria a corto plazo), que nos dejará acariciarlos sin tener mayores dudas o escrúpulos.

Pero aquí me viene una de las últimas dudas. Un perro en si es otro de esos artilugios de Tele-shopping que dura promedio 12 años (desconozco cuánto dura la batería de un gato). Entonces, ¿Qué diferencia hay entre un animal y un hijo? ¿No nos duran lo mismo en la misma función? Personalmente diría que no hay mayor diferencia y que nos duran aproximadamente lo mismo, incluso arriesgo a decir que un hijo puede durarnos más en esta función.

Pero, ¿saben algo? Seguro estoy que el déspota en nosotros (más bien en ustedes) no puede aceptar el hecho de que nuestro hijo continúe con su vida, cuando el animal nos deja porque “marcha a la b”.

Por cierto, si algún día me obsequian un perro, me gustan de tamaño medio en adelante y mis razas preferidas son los Boxer y los Golden…que lindo tener un perro!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja totalmente de acuerdo! Buen blog! salu2

Any dijo...

Pos yo sigo firme con la idea de tener un gato, y una lechuza además. Si, lechuza dije, que pone esa cara?
Debo reconocer que no es mala la idea esa de hacer un paralelo entre lo que vive un perro y el tiempo en que se puede (mas o menos) tener alguna autoridad sobre un hijo. Esto lo comprobará ud mismo algún día no muy lejano. Por mi parte, como hijos no pienso tener, probaré con el gato. Podemos juntarnos y elaborar un informe científico al respecto que le parece?
No se olvide de llevar la botellita de medio y medio por favor.
Tenga un abrazo

Sparrow dijo...

Estimada Any: te dedico unas palabras más ya que has demostrado ser una fiel lectora de mis locuras…diría que más fiel que un hijo (y yo lo sé ya que como hijo soy flor de sorete). Primero que nada debo decir que si en serio tienes una lechuza, paso a ser tu seguidor número uno. Otra cosita es que estoy casi seguro que el día que esté listo para tener un hijo y tratarlo no como un perro, seguramente la huesuda anda por la vuelta…así que hagamos lo siguiente, yo me compro un perro, un medio y medio y un pasaje en 1st class de BQB y hacemos ese estudio que las futuras generaciones van a agradecer (quizá deberíamos alquilar una criatura para que el estudio sea completo…no se…tiro la idea).

Por otro lado, me gustaría hacer un par de puntualizaciones para todos mis lectores. He recibido amenazas a mi celular por este post, me han estropeado la pared de mi residencia con pintadas de lo más agresivas e incluso se está hablando de realizar una movilización en mi contra. Hago un par de aclaraciones a los loquitos estos que al parecer no tomaron muy bien mis palabras. Primero, amo a los perros e incluso a algunos gatos. El día que me mude a un lugar lindo voy a tener alguno ya que no hay ni habrá mejor cariño que el de una mascota. Segundo y más importante, soy absolutamente consciente de que el amor de un padre/madre a su niño/niña es el mayor que puede haber (lo que no quita todo lo malo que puede tener), estando los primeros dispuestos a dar más que su vida por lo segundos (a diferencia de los segundos que no están dispuestos, por lo general, ni a dar un abrazo a los primeros). Espero se corten las amenazas y las pintadas…la marcha me gustaría que se haga pues “ladran sancho, señal de que cabalgamos”