jueves, 30 de diciembre de 2010

A mi papá los océanos

Como ustedes ya habrán notado, no soy de andar escribiendo cosas muy serias, para nada. Creo que lo he intentado una sola vez, y entre que algunos conceptos no se entendieron y que la temática pudo haber resultado “polémica”, no fue una gran experiencia para ustedes. Sin embargo, aquí me embarco nuevamente en ese navío que es la seriedad y por tanto, hablaré brevemente ya que de otra forma será un nuevo fracaso (el de su lectura).

Voy a empezar este texto citando a un grande como lo es (o lo fue, ya que no tengo ni puta idea de quién es) Charles Wadsworth. Este dijo “Cuando un hombre se da cuenta de que su padre tal vez tenía razón, normalmente tiene un hijo que cree que está equivocado”. También me gustaría citar a otra grande, simplemente para que ambos me rompan el hielo de esta “conversación”, en este caso es Anne Sexton. Ella dijo “No importa quién fue mi padre. Lo importante es quién recuerdo yo quién fuese”.

En estos momentos se estarán preguntando (si es que son demasiado tontos) a donde quiero ir con estas frases. Pues bien, hoy treinta de diciembre del dos mil diez se cumple un nuevo aniversario del natalicio de MI viejo…el segundo luego de que volvió de entre los muertos. Cuantos años cumple es una pregunta que no deben realizarme, ya que poquita idea tengo. Les diría que para estimar, y dado que asumo que era grandecito cuando inició esta familia, está entre los cuarenta y los ochenta años…casi seguro estoy de esto.

Ahora… ¿por qué dedicarle un espacio en mi blog a este gran señor? Pues bien, en primer lugar, nunca antes había tenido un blog donde dedicarle un espacio a este gran señor, por lo que tampoco debería resultar muy raro que en el momento que tengo donde escribir boludeces, meta cualquier otra data que tenga ganas de expresar.

Esto que viene a continuación es nuevo para absolutamente todos, salvo para mí. Hace poco más de un año mi viejo estuvo bastante jodido de salud y por momentos mi cabeza temió lo peor. Más aún cuando el no paraba de repetirnos a mi hermano y a mí, al mejor estilo Hollywood, “vivan la vida, no la desaprovechen”. Por suerte, medicina o un milagro, hemos podido seguir contando con su presencia en nuestro hogar y familia.

Pero en esos momentos oscuros, donde y cuando no sabíamos que esperar, confieso que mi imaginación vagó por lugares horribles. Lo comento en voz alta porque no hay como decir algo para que no se cumpla. En mi cabeza me vi enfrentando uno de esos momentos horripilantes que tiene la vida y que se llama “velorio”, y más allá de que muchos datos más no tengo de la imagen mental que se me producía, lo que sé es que en el mismo, le dedicaba unas palabras que sonaban hermosas.

Pues bien, como detesto los homenajes póstumos (va, no los detesto, pero es una pena que la persona en sí no los pueda gozar), es que hoy en su vaya-uno-a-saber-cuál cumpleaños, le dedico unas breves palabras. Como el resto de mi núcleo familiar, mi viejo es un tipo raro. Quizá porque nació terminando el año, quizá porque fue el hijo menor (de dos) de una familia complicada, quizá porque formó una relación con una señora rara en otro sentido, o quizá aún más porque tuvo unos hijos también complejos…bueno…vaya uno a saber por qué mierda mi viejo es raro, pero lo es.

En primer lugar pertenece al selecto grupo de personas que justamente recibieron el honoris causa de “SerPersona”, esto no solo lo convierte en raro, sino que probablemente lo obliga a caminar por una senda bastante solitaria. Otro rasgo que lo caracteriza, para ser claro, son sus huevos de oro, o dicho de otra forma, su paciencia.

Es bastante difícil expresarles a ustedes quien es mi viejo sin que lo conozcan, o incluso conociéndolo. Es un señor que el 90% del tiempo guarda silencio, pero en ese 10% del tiempo en el que habla, cuando no hace un cuento que nadie entiende, dice algo que marca la sabiduría que lo caracteriza.

Es alguien que ha logrado ser padre de más hijos de los que la vida le dio. Nunca alcanzó ningún título universitario y sin embargo es una persona consultada por muchos (académicos o no) en muchas áreas, sobre todo en el arte más importante, el arte de vivir.

Con mi viejo no siempre he coincidido, ni cerca. Tenemos diferencias bastante grandes en muchas cosas, pero no hay persona que me quiera tanto como él, sin lugar a dudas (exceptuando el resto de mi núcleo familiar, quizá). No hay nadie que me haya apoyado más que él en todos mis momentos, en los malos y en los buenos. Nadie ha querido que, aunque fuese mágicamente, mis malos momentos terminaran y volviera a sonreir como a él le gusta. No hay nadie en el mundo que me empaquetaría el mundo para regalo y me lo daría todos los días de su vida (o de la mía, según quien gane la carrera).

Por sobre todo, creo que son pocas las personas tan optimistas como él. Me encanta escuchar, cuando estoy planteando que el mundo conocido es una mierda, sus respuestas que siempre empiezan con “Joven Halcón, en primer lugar yo no creo que el mundo es una mierda…”. Y no es mentira, si de alguien herede mi espantosa habilidad de ponderar las cosas buenas sobre las malas, fue de él (para el que se queje de la existencia de mi habilidad, me refiero en particular para con las personas, ¡rompe pelotas!).

Creo que una de sus más grandes enseñanzas ha sido justamente que hasta que nos llega la última caída, del resto nos tenemos que levantar…incluso cuando esta caída parece la última. Hemos vivido muchas mierdas en el último tiempo, o años quizá, y mi viejo en particular ha sufrido las peores. Éste, así como es su segundo aniversario desde su resurrección, es el primero sin su hermano y su sobrino-ahijado, quienes ahora nos esperan más allá de los mares.

Pese a esto último y a tantas otras cosas, mi viejo sigue igual. Mi viejo sigue siendo mi viejo, el viejo que tantos queremos. El que es leal, inquebrantable, sabio, el que siempre es. No importa la piedra que lo esté esperando en el camino, él la sabrá esquivar, saltar, destruir, o lo que sea (esta vez me perdí en la metáfora). Si algo se de él es que siempre hay que caminar, que caminando peleamos, que caminando avanzamos, que caminando vivimos.

Sé que si algún día salvo el examen final de la carrera de la vida, y me transformo en Persona con título, mi profesor particular habrá sido él.

De un Joven Halcón a uno Sabio, el más feliz de los cumpleaños es mi deseo de corazón.

Tu hijo.

3 comentarios:

Virke dijo...

Exceptuando a nuestra rara madre, las virtudes que podemos destacar de nosotros querido hermano, son gracias a la figura omnipresente de nuestro amado Viejo.
Siento, cuando estoy con él, estar conmigo mismo. Heredé las proporciones 90-10, su paciencia, sus silencios, su compañerismo inquebrantable, etc., etc.

Como bien decís, estos últimos tiempos han sido durísimos, pero al Viejo nada lo tira (una actitud difícil de adquirir, pero que admiro) y lo que tenemos que aprender de eso, es el levantarnos siempre que la vida nos tira y a disfrutarlo al Viejo (y a la Vieja) cada segundo.

Viejo, que tengas un hermoso cumpleaños número (40,80).

Te quiero mucho.

Blackhawk.

Any dijo...

Emocionadas palabras para su Sr. Padre. En algo se parece al mío, que también estuvo siempre dispuesto a empaquetarme el mundo para regalo y dármelo. Y debo decir que no siempre le pagué con la misma moneda, asi que ud que lo tiene bien a mano, aproveche a decirle palabras lindas como estas y no se canse de demostrarle cuanto lo quiere, nunca es bastante.
Dicho lo cual, hago mutis por el foro porque este es un post muy personal.
Antes de irme le dejo un beso de feliz cumple a su padre y otro pa' usté, pequeño Halcón.
Que empiece un lindo año che!
=)

Anónimo dijo...

LE DICE A DON MARIDO DE MI PARTE, SEÑOR CUERVO, PUES ME GUSTA LLAMARTE MÁS CUERVO QUE HALCÓN...NO SÉ INGLÉS, SE SIENTE...DÍGALE A SU SEÑOR PADRE QUE MIS BESOS Y FELICIDADES LOS TIENE DESDE YA...
SABES, CUERVO, ESTE ES UN POST MUMU MU MU BONITO...ME HAS EMOCIONADO CACHO CABRONAZOOO....
UN BESO PARA DON MARIDO.