miércoles, 26 de enero de 2011

¡Nota del escritor!

- Hola, me llamo Gavilán y tengo algún amigo.

- Hola Gavilan! (Clap, Clap, Clap).

Ahora… ¿alguno de ustedes puede afirmar lo mismo? Probablemente la mayoría diga que si de inmediato. En mis largos años (n del e: si alguien me puede explicar la frase “largos años” le estaré eternamente agradecido. Mi falta de comprensión al respecto de esta frase radica en que creo que todos la utilizamos como “en todos mis años”. Pero a mi entender el “largo” refiere a los años en sí, por lo que podemos estar hablando de 3 años que hayan sido particularmente largos. Por último, es de una subjetividad muy grande decir uno mismo que su año fue “largo”, es más, puede ser visto hasta pedante), de los pocos que tengo, de estudio del “hombre y sus relaciones” he descubierto que los que responden más rápidamente a esa pregunta, afirmativamente, son los que menos idea tienen de lo que es la amistad.

De los otros puedo decir que si bien puede que no tengan amigos, si pueden llegar a tenerlos ya que están preparados para verlos objetivamente. Ahora…he leído muy poco acerca de lo que la gente ha escrito sobre qué es la amistad (no me interesa mucho saber lo que el mundo piensa al respecto). Creo que en este largo tiempo que he intentado hacerme una idea de lo que es, al menos me he acercado más al concepto, puedo decir que lo entiendo mejor que antes, pero aún no lo entiendo “del todo”.

Así que no he venido aquí a hablar de qué es la amistad, ya que creo que sería más útil que nos juntemos todos en el ranchito desde el que escribo y hagamos un “brainstorming” (tormenta de ideas) y luego de haber tirado todos los bolazos posibles por tirar, decidir entre todos qué mierda es la amistad. De todas formas, ese concepto sería aún alejado a lo que efectivamente es.

Creo que “La Amistad” es un concepto muy complejo e intangible, indescriptible y que solo los más osados eruditos habrían de definirla, solo para terminar demostrando que efectivamente poco sabían de esto. A su vez como todos sabemos yo claramente soy uno de estos eruditos…así que la verdad, les confieso que me estoy tentando a escribir un poco más sobre el tema…

Creo que podría intentar expresar algunos conceptos que a decir verdad no sé si ya he expresado antes o no. Por un lado existe una creencia popular que dice algo como “un amigo es el que está en las buenas y en las malas”. Bien, al respecto varias cosas… por un lado, es interesante que esta definición de amistad es “más bien” una definición por aproximación. No dice lo que significa ser un amigo, sino más bien qué debería hacer un amigo para ser un tal. Pero más allá de esto, hace un tiempo que considero que esta frase está muy mal entendida.

Oh… ¿a qué te refieres Halcuncitu? (n del e: lo que se viene a continuación es un razonamiento correcto pero por demás complejo…si estás cansado o en un mal día, pasa a la página 10) Me refiero, mi amigo mapache, a que por lo general el mundo tiende a creer que si A y B son amigos, B deberá estar para A tanto A esté en sus buenas como en sus malas. Pero lo que pocos ven, y creo que es un error, es que A debería estar para B tanto en las buenas de A como en las malas.

Me explico un poco mejor para los más lentos… lo que todos creen es que si yo estoy en un mal momento, mis amigos deberían estar disponibles para mí. Lo que pocos entienden de esta frase, es que a su vez si yo estoy en un mal momento, yo debería estar para mis amigos. Esto no se da en muchísimos casos, ya que por lo general mucha gente tiende a cerrarse, cual concha de mar sobre su perla, cuando está mal y no deja a nadie acercarse. Ahí es cuando esta persona está incurriendo en una falta a su amistad.

Por otro lado, un temita que también creo que es una creencia popular es que “un buen amigo es el que escucha”. Esta frase, déjenme decirles mis amigos, es un garrafal error de conceptos. Una persona buena escuchando podría llegar a ser un buen amigo, ahora decir que estas dos cosas tienen algo que ver es como decir que una hamaca paraguaya y un vaso descartable están relacionados de alguna forma (n del e: disculpas a mis lectores…le pedí a Mustage que me diera un ejemplo de dos cosas que no tuvieran nada que ver y el muy crack, demostrando su capacidad maravillosa de pensamiento, miró la mesa sobre la que reposaba mi vaso descartable, luego observó más atrás mi hamaca paraguaya y simplemente relató su visión… igual creo que la idea se entendió, no tienen nada que ver ambos conceptos).

Aquí agrego algo muy interesante para todos. ¿Qué mierda significa ser bueno escuchando? ¿Cuántos de ustedes se consideran buenos escuchas? (n del e: dejo constancia que Sorayda me debe 10 pesos, mustage 4, Lorenzo 80 y coca 80…el único que saldó la deuda es Mehamo) ¿Cuántos de ustedes consideran a los demás buenos escuchas?

Bien…aquí van las cifras finales. El 95% de mis lectores se considera buen escucha (n del e: ni siquiera son buenos leyendo) y de todos ustedes, tan solo el 8% cree que alguno de mis otros lectores es bueno escuchando. Si alguno de ustedes tiene alguna duda con respecto a las cifras no puedo culparlo, las acabo de inventar. ¡Les parece que me voy a tomar el tiempo de hacer estadísticas cuando tengo una noche preciosa, un auto esperando, 10 litros de ron, más cosas que no puedo nombrar y muchos kilómetros a mi ciudad natal!

Con el invento de números anterior simplemente quería demostrarles que pocos consideran a otra persona buena escuchando y sin embargo la mayoría de este mundo considera que todo el mundo le puede (n del e: Mustage nos acaba de informar a todos que se va a bañar mañana…mmm…la noche se complica…) venir a hablar que será el mejor de los terapeutas (n del e: duda personal…los psicólogos ¿son todos buenos escuchando?).

Exorcicemos ya mismo dos conceptos…el primero es que no todos somos buenos escuchando (n del e: ¡yo sí!) y la segunda es que se necesita ser bueno escuchando para ser buen amigo o incluso amigo. ¡No señores, no es necesario saber escuchar para saber ser amigo! Son cosas distintas, ambas muy complejas, mucho muy complejas.

A mi gusto, y aquí me meto en otro terreno de lo más complejo, alguien que sabe escuchar es alguien que en primera instancia tiene gran capacidad de empatía. ¿Qué es la empatía? Y, la empatía si no me equivoco mucho sería algo como poder vivir las cosas de la gente como la gente las vive. ¿Qué onda? Eso mismo, tener capacidad empática implica que yo pueda entender las cosas de un alguien siendo ese alguien y no yo mismo.

Este a mi gusto, y algún colega lo comparte, es el primer paso (de dos) para poder escuchar bien. Porque por lo general cuando alguien va a hablarle a otro alguien y describe los problemas que vive y le cuenta sus mayores miedos, el que escucha lee todo lo dicho desde su punto de vista, con lo cual cambia lo más básico del problema y de los miedos. El problema se da desde el punto de vista del que tiene el problema, y la teoría de la relatividad es nuestra absoluta enemiga a la hora de relativizar los problemas del otro, pasándolo por nuestro tamiz.

Por esto es que ser un buen empata ayuda y mucho. Porque alguien que tiene un alto grado de empatía es aquel que puede vivir el problema de otra persona desde el punto de vista de esa otra persona, alcanzando el primer paso (de los dos) para ser bueno escuchando. El segundo paso es el de efectivamente escuchar. Por más tonto que suene, este segundo paso es quizá tan difícil como el primero.

Como muchos saben, antes de perseguir mi carrera de escritor (n del e: la persecución lleva varios meses y si sigo a pata no la voy a alcanzar nunca) perseguía una carrera en las ciencias computacionales. ¡Ojo… la sigo persiguiendo! (n del e: ¡esta persecución ya lleva unos 8 años y la verdad ya no veo ni donde está la hija de puta!). Hay un concepto de lo más fascinante que quisiera compartir con todos ustedes…aunque es muy probable que no lo entiendan.

El microprocesador (mp) de una computadora, como todos sabemos, fue creado a imagen y semejanza del cerebro humano (n del e: un día de estos busco la revista descubrir o conozca más que decía algo del tema) (n del e: me acaba de pagar Lorenzo los 80 pesos). Con el paso del tiempo, los mp (o quien los maneja, pero a los efectos es lo mismo) han ido evolucionando de muchas maneras que no nos interesan para nada en este texto, salvo una de ellas. Actualmente (n del e: espero que este texto no lo lea nadie que sepa porque se van a dar cuenta de que no sé nada) un mp trabaja con lo que se llama “multi tasking”. Esto significa que en teoría un mp puede procesar varias tareas al mismo tiempo (n del e: si alguien sabe sobre el tema, evite corregirme…tengo claro cuáles son los puntos donde esta explicación no es del todo correcta…o no).

Esto en sí, ¡es una mentira flagrante! Era hora de que lo supieran. La mentira radica en que el mp puede procesar una sola tarea a la vez, pero en vez de dedicar su atención a una sola tarea hasta que se termine lo que se hace es darle bola un ratito a cada tarea por lo que parece como si se estuviera multi procesando, cuando en si no se está haciendo nada.

Bien, como dije los mp fueron creados a imagen y semejanza del cerebro humano. El multiprocesamiento de tareas es una función del cerebro que todos tenemos y algunos utilizan en mayor medida. Esto significa simplemente que una persona puede realizar varias tareas al mismo tiempo (n del e: según entiendo esta habilidad se la asocia más con las mujeres, aunque todos los cerebros tienen la capacidad de hacerlo…quizá no las ganas), dividiendo su capacidad de raciocinio entre todas. Al hacer esto lo que terminan haciendo es dando bola a cada una de las tareas por intervalos de tiempo muy cortos y en última instancia no terminan dando bola a nada.

Si bien al mp le viene bárbaro esto del multiprocesamiento, al cerebro humano no. ¿Por qué no? ¡Mapache…hoy te viniste con todas las dudas! No le sirve porque por ejemplo si las tareas que vamos a realizar son “Escuchar al Halcón”, “Dividir los gastos de la cena de anoche”, “Tender la cama”, “Terminar de entender el libro de Demian”, el poco tiempo que se le dedique a las tres tareas que no son escucharme hará que no se entienda una mierda cuál es mi problema. Y si sos un gran empata o no, te lo podés meter por el culo ya que no tenés ni la más puta idea de lo que te dije (n del e: Sorayda está medio de mal humor ahora, no sé muy bien por qué… estaría bueno arrancar pal baile…quizá siga mañana).

(n del e: ¡Volví! Al final la salida fue una poronga, me terminé acostando tardísimo, todos peleados, la Sorayda enojada mal. Aparte de todo tuve que ir a buscar a la Loquera que llegó a las 10am… ¡10am! ¡¿A quién se le ocurre venir un día de las vacaciones a las 10am?!)

Espero que todos hayan podido entender finalmente qué significa ser bueno escuchando. En base a lo explicado, deberían ser capaces de ver que es muy difícil encontrar un buen escuchante…yo creo que nace uno o dos por generación. Alguien capaz de generar empatía con su entorno y a su vez capaz de callar sus propias voces y escuchar a la única que ingresa por sus oídos, es una combinación absolutamente poco probable (n del e: estudié muchos años matemáticas, probabilidades y estadísticas como para poder afirmar esto último).

Entonces… ¿Cuántos de ustedes se consideran buenos escuchando a la luz de los hechos? (n del e: La loquera se acaba de alarmar porque no se ha utilizado mucho el parrillero) ¿Cuántos de ustedes consideran que alguno de mis lectores es bueno escuchando? Bien… luego de todo lo visto, es sumamente fácil deducir que la mayoría de ustedes debería haber respondido que no a ambas preguntas (n del e: estoy muy dormido como para ver si las preguntas que hice antes son “preguntas sí o no”…es más…es probable que no lo sean). De todas formas, seguro estoy que siguen creyéndose buenos escuchas.

Creo que la suma de los conceptos errados que existen en torno a este tema (n del e: si alguno sabe de qué tema estoy hablando, por favor indíquemelo) es lo que genera que haya tan pocas amistades reales. La mayoría de ustedes se estarán preguntando el por qué de esto. Es sencillo…en primera instancia si todos creemos que “un buen amigo es el que escucha” y “todos somos buenos escuchando”, entonces es fácil deducir que “todos somos buenos amigos” (n del e: esto es como una especie de transitiva. A entonces B. B entonces C… A entonces C). Este precepto falsísimo hace que en sí nadie sepa lo que es la amistad verdadera (n del e: no se si todos lo notaron, pero fue lo que dije al principio… que saladoooo).

A su vez, si le sumamos que ni siquiera aplicamos correctamente el temita este de “estar en las buenas y en las malas”, creo que si no nos frenamos a analizar todos estos temas (n del e: si lo hacen es probable que terminen casi tan mal como yo de la cabeza…mi loquero está cada vez más preocupado) pocos lazos reales se formaran.

Hasta aquí hemos simplemente intentando eliminar algunos conceptos muy errados, a mi entender, pero no nos hemos podido acercar a un concepto real sobre la amistad. Entonces, ¿qué mierda significa ser un amigo? Como me encuentro muy lejos de mi casa y no tengo ni una puta conexión a internet (n del e: esto lo estoy escribiendo en papiros con pluma…lo voy a pasar a formato electrónico cuando vuelva a mí querido hogar) es que ni siquiera puedo intentar buscar el significado según la RAE de la palabra amistad.

Pese a lo atrevido que resulto ser, me es difícil intentar definir que es “ser amigo”. Menos aún ser uno bueno o uno malo. Luego de leer tantos libros (n del e: que no hablan de nada) estoy casi seguro de que efectivamente nunca se llega a saber qué es la amistad. Se puede vivir de mejor o de peor forma, pero muy improbablemente alguien pueda ponerlo en palabras.

Puedo estar casi seguro de esto puesto que en lo miles de miles de años que el ser humano ha existido, nadie nos ha enseñado el secreto de cómo tener amigos. He recorrido ya muchos espacios en este tiempo y he visto como muchas personas se consideran rodeadas por miles de amigos. Muchas veces incluso he podido llegar a pensar “aquí nadie sabe lo que es ser amigo”. Es así que muchas de estas amistades al pasar los años caducan, se vencen, se marchitan.

Ya lo dije en un texto anterior, a veces hay que dejarse ser y dejar que la voz en off diga “y nunca más se volvieron a ver”. Muchas veces conservamos amistades (o parejas para extender el concepto) no por lo que nos dan, sino por lo que estar con ellos nos representa. Un círculo, un ambiente, una familia. La pertenencia a un grupo mayor.

Si todos concentráramos nuestros esfuerzos en alejar los conceptos y preceptos erróneos que nos rodean con respecto a la amistad, si todos intentáramos no forzar situaciones para que “den”, si todos naturalmente actuáramos con nuestros contactos siendo uno, no forzándose, no intentando ser quien uno no es (n del e: hablo de ustedes que intentan escuchar cuando no saben cómo hacerlo), todos lograríamos entender un poco más de qué se trata todo esto, ahí si podríamos hacer una tormenta de ideas y si bien no lograríamos nada sería muy divertido.

Nota del escritor: Fue muy divertido escribir todo esto.

JH

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